COP16, hoja de ruta sobre biodiversidad y cuidado del planeta

CIDSE, red internacional de ONG católicas para el desarrollo, presente en el Foro.

Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad. Fotografía: UN Biodiversity | COP16

La Conferencia de las Naciones Unidas (ONU) sobre Biodiversidad (COP16), que se celebra esta semana en Cali, Colombia, concluirá el próximo 1 de noviembre. El encuentro cuenta con cuatro foros temáticos a nivel ministerial: implementación del Marco Global de Biodiversidad Kunming Montreal; financiamiento; paz con la naturaleza, y biodiversidad y cambio climático.

CIDSE, red internacional de organizaciones católicas para el desarrollo, acude a este foro en representación de sus organizaciones miembro entre las que se encuentra Manos Unidas.

La alianza de ONG católicas ha publicado un documento clave ofreciendo varias recomendaciones de cara a hacer incidencia política, en el que se propone un cambio de paradigma a favor de la conservación de la biodiversidad.

COP16, un foro donde se habla de Derechos Humanos, integridad ecológica y soberanía alimentaria

Con este llamamiento se busca reemplazar los enfoques de conservación "de tipo fortaleza" por otros basados en modelos de mercado que respeten los derechos humanos y los conocimientos locales.

Es fundamental reconocer a los pueblos indígenas y comunidades locales como guardianes de la biodiversidad, garantizando sus derechos a la tierra y su consentimiento libre, previo e informado (CLPI) en todas las decisiones que les afecten.

En el documento se destaca la necesidad de asegurar la participación de estos pueblos y comunidades en el proceso y su puesta en marcha para evitar desplazamientos forzados y poner fin a proyectos que vulneren sus derechos. Asimismo, se insiste en que la financiación de la biodiversidad priorice enfoques agroecológicos, que sea accesible a las comunidades locales y que se gestione ges de manera transparente, respetando la integridad ecológica y la soberanía alimentaria.

Finalmente, el documento subraya la urgencia de abordar las causas estructurales de la pérdida de biodiversidad, como la explotación excesiva de recursos y el consumo desmedido, y rechaza la compensación de biodiversidad como una solución viable.

De la misma forma, y poniendo el foco en la soberanía alimentaria, Manos Unidas participa junto a otras organizaciones católicas, miembros de CIDSE, en el grupo de trabajo sobre Derecho a Alimentación y a la Tierra. El enfoque del grupo se centra en fomentar la agroecología como un sistema que respete tanto la biodiversidad como los derechos de las comunidades locales.


Turkana, en Kenia, es un claro ejemplo de cómo el cambio climático está afectando a la población. FOTO: Javier Mármol/Manos Unidas

En el día de apertura de la COP16, representantes de Colombia, propusieron la creación de un fondo internacional que fuera compartido con los países de origen, impulsando para la protección de la biodiversidad de los países participantes.

Y es que una de las principales metas que se persiguen en esta reunión mundial es la generación de una arquitectura institucional financiera transparente para la conservación de la biodiversidad y del planeta. Además, se busca la aprobación del programa de trabajo para los pueblos indígenas y comunidades locales, así como un análisis de los planes de acción de los países.

Declaraciones sobre los Derechos de la Amazonia durante la COP16. Fotografía UN Biodiversity  COP16
Declaraciones sobre los Derechos de la Amazonia durante la COP16. Fotografía UN Biodiversity  COP16

Cuidado de la Creación

Durante el foro en la ciudad colombiana, se está haciendo hincapié en la participación de las comunidades locales y de las mujeres en el cuidado de la Creación, así como en los Derechos Humanos que se ven amenazados por el extractivismo.

En este sentido, se hace una mención especial a la “economía del cuidado”, un enfoque que aboga por la protección de la vida en todas sus formas, todo vinculado a la biodiversidad. El objetivo: el cuidado de la Casa Común a través de ecología integral, que conecta lo espiritual, lo social y lo ecológico.

El papel de la Iglesia en estos contextos es primordial, especialmente en el acompañamiento y la denuncia de las injusticias que ponen en peligro la paz social y ambiental. Todos estos temas se están debatieron en mesas de trabajo.


La población en Turkana, Kenia, se ve obligada a migrar en busca de tierras más fértiles. FOTO: Javier Mármol/Manos Unidas

Entre las recomendaciones, se ha propuesto que la Iglesia cope cada vez más espacios en instituciones académicas; en impulsar prácticas agroecológicas y en el fortalecimiento de un verdadero compromiso por la paz, la naturaleza y la humanidad.

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