La crisis económica desata la violencia en Sierra Leona

Varios fallecidos en las protestas por el encarecimiento de los precios.

La ola de protestas en Sierra Leona contra la crisis económica y energética ha provocado el caos en las calles de la capital. El pasado 10 de agosto 21 civiles y 6 policías murieron a causa de los disturbios en Freetown. A pesar de que las protestas se concentran en la capital y el norte del país, el Gobierno ha decretado un toque de queda de 12 horas al día (desde las siete de la tarde hasta las siete de la mañana) en todo el territorio sierraleonés.

“El pánico y el horror reinan en el país por los violentos enfrentamientos. Mucha gente prefiere no salir a la calle. El problema está en que quedarse en casa representa un riesgo de hambre para muchas familias” señala el padre Peter Konteh, director de Cáritas Freetown y socio local de Manos Unidas.

El vicepresidente del gobierno, Mohamed Juldeh Jalloh, afirmó, a través de una emisión nacional, que los manifestantes protagonizaron una “protesta no autorizada y violenta que provocó la pérdida de vidas inocentes”. Señaló también que varias comisarías y edificios públicos fueron atacados e incendiados, alimentando el caos en las calles.

 

Protestas en Sierra Leona, fotografía de Vatican News
Protestas en Freetown

 

La guerra de Ucrania y las consecuencias de la pandemia han encarecido los precios de los alimentos, de la luz y del combustible hasta en un 40 %. Como consecuencia, más de la mitad de la población del país —unos 8 millones de personas— vive ahora por debajo del umbral de la pobreza.

Los disturbios, poco frecuentes en los últimos años por el control estatal, amenazan ahora con destruir la estabilidad del país restaurada desde la guerra civil de 2002. “Nadie debería desencadenar nuestros recuerdos sobre de dónde venimos porque no son algo de lo que estar orgulloso. Nuestros hijos no pueden volver al lugar de dónde venimos. Esto es intolerable, deplorable, inaceptable y reprensible. Cuando las cosas se calmen deberíamos promover actividades comunitarias para educar a los jóvenes en un estilo de vida más pacífico y constructivo”, añade el padre Konteh.

Manos Unidas colabora realizando varios proyectos en las zonas afectadas por los disturbios desde la década de los años 90. No obstante, este año se han realizado dos proyectos en la capital: uno ponía medios para combatir con la expansión de un incendio y otro trabaja en la sensibilización contra la violencia de género.

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