En la India, los cultivos son vulnerables a los monzones y al cambio climático.
En la India, país más poblado del mundo, se estima que alrededor de 900 millones de personas, un 64 % de la población, vive en zonas rurales. El sector agrícola emplea el 42 % de la fuerza de trabajo y representa el 18 % del producto interno bruto (PIB).
A pesar del aumento que se ha producido de la superficie de tierras de regadío, más de la mitad de la superficie cultivada y el 40 % de la producción de los cultivos son de secano y, por ello, muy vulnerables a la variabilidad de los monzones y al cambio climático.
Según la FAO, la agricultura y sus sectores afines, ganadería, silvicultura y pesca son la principal fuente de sustento de 216 millones de personas pobres que viven en la India. Su alta vulnerabilidad a la escasez de agua, la subida de las temperaturas y fuertes sequías, sumado a factores como la falta de recursos, prácticas agrícolas no adaptadas, la escasez de alternativas para generar ingresos y las dificultades de comercialización están provocando una grave amenaza a la seguridad alimentaria y a los ingresos de los habitantes de las zonas rurales.
En el estado de Telangana, en el centro sur del país, la tierra rojiza, pequeñas zonas boscosas y el verde de las cosechas se intercalan a lo largo del paisaje. Es el mes de septiembre y los colores vivos muestran agradecidos el paso de las aguas del monzón. En pocos meses la falta de lluvias y el aumento de la temperatura darán paso a un paisaje yermo de tierra seca y arcillosa, donde el agua se vuelve un bien escaso y las tierras se vuelven improductivas durante la mitad del año.
Las comunidades tribales, los descastados y otros grupos marginados que viven en esta zona sufren escasez de recursos, careciendo de ingresos regulares, que están por debajo de las 46.000 rupias anuales (575 €), siendo la migración una de las pocas alternativas posibles.
Manos Unidas colabora desde hace años, con los Servicios Sociales de la Diócesis de Warangal impulsando el desarrollo socioeconómico de las comunidades rurales, mediante la promoción de una agricultura sostenible que garantice la seguridad alimentaria y permita el aumento de ingresos de los más desfavorecidos. La organización y empoderamiento de las comunidades para acceder a los programas del Gobierno, la formación en prácticas agrícolas sostenibles (mejor selección de semillas, manejo integrado de plagas, eliminación de químicos e introducción de fertilizantes orgánicos), la participación de las mujeres en actividades generadoras de ingresos y el acceso y conservación del agua son algunas de las principales líneas de acción del proyecto.
Gran parte del éxito de esta intervención se debe a la recuperación de pozos y el establecimiento de pequeñas presas que han aumentado la capacidad de retención de agua, fundamental para lograr aumentar el periodo productivo de las tierras. Se han conseguido importantes avances que han permitido obtener una cosecha más y mejorar la alimentación y los ingresos de las familias. Pequeños logros, pequeños pasos que abren la esperanza a una vida menos precaria y más segura, una posibilidad de romper con lo establecido y superar la pobreza.
Los efectos ligados al cambio climático, la pobreza y la desigualdad, amenazan la seguridad alimentaria y económica de 1.250 familias desfavorecidas del distrito de Jangaon en el estado de Telangana. La promoción del desarrollo socioeconómico mediante una agricultura sostenible, la mejora del acceso al agua y el reconocimiento social se plantean como soluciones desde los Servicios Sociales de Warangal y Manos Unidas desde hace años.
Texto de Rocío Bonet y Miguel Carballo, Departamento de Proyectos de Asia (publicado en la revista de Manos Unidas número 224).