Derecho a la tierra: garantía para una paz duradera

A pesar de los avances en el proceso de paz, la ley del más fuerte sigue imperando en buena parte del medio rural colombiano. Campesinos e indígenas continúan sufriendo asesinatos, amenazas e intimidaciones por parte de grupos con intereses terratenientes. >> Un artículo de Jaime Absalón, coordinador de la Corporación Claretiana Norman Pérez Bello, socio local de Manos Unidas en Colombia.

Colombia

Los derechos de los indígenas

A pesar de los avances en el proceso de paz, la ley del más fuerte sigue imperando en buena parte del medio rural colombiano. Campesinos e indígenas continúan sufriendo asesinatos, amenazas e intimidaciones por parte de grupos con intereses terratenientes.

(...) La situación es particularmente difícil para los pueblos seminómadas que han visto reducido su territorio a consecuencia del conflicto, la intervención de las multinacionales y el acaparamiento de tierras. Al no poder desplazarse por los llanos o las selvas, como hacían ancestralmente, su acceso al alimento se ve seriamente amenazado. La selva antes era capaz de dar a las familias todo el alimento que necesitaban (y les sobraba). Pero ahora, con la reducción del territorio, con los megacultivos, con la ambición del hombre blanco, como ellos dicen, la tierra se empequeñece y los alimentos no alcanzan.

Es el caso de los indígenas Waüpijiwi y Yamaleros del Resguardo de Caño Mochuelo, en el departamento de Casanare (Orinoquía), donde la Corporación Claretiana tiene un proyecto financiado por Manos Unidas, mediante el cual apoyamos a estas comunidades en el ámbito de la soberanía alimentaria y del fortalecimiento organizativo para que sean ellas mismas las que defiendan activamente sus derechos.

>>Lee el artículo completo en El País.

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Artículo publicado en El País

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