Con un proyecto que está apoyando a 2.000 personas vulnerables en Freetown.
El pasado verano, las lluvias torrenciales de finales de agosto afectaron seriamente a 22 asentamientos de edificaciones precarias a las afueras de Freetown, la capital de Sierra Leona. Por su ubicación, cerca de la costa atlántica, y por las características de las infraviviendas -chabolas hechas con restos de maderas y placas de metal- es una zona vulnerable a las inundaciones en la época de lluvias e incendios en la época seca.
Tras las lluvias, y conscientes de la magnitud del desastre, el equipo de respuesta de emergencia de Caritas Freetown –socio local de Manos Unidas en el país- se desplazó a la zona acompañando a la Agencia Nacional de Gestión de Catástrofes para realizar una rápida evaluación e identificar las comunidades más afectadas por la catástrofe.
De esta manera, pudieron conocer de primera mano las consecuencias de un corrimiento de tierras que arrastró dos casas en la comunidad de Looking Town y causó, como mínimo, seis muertos. Y cómo las lluvias y el barro inundaron las casas de la comunidad de Culvert y desplazaron a una gran proporción de residentes, incluyendo niños, mujeres, ancianos y personas con discapacidad. El número de comunidades afectadas llegó hasta 20.
Desde el inicio, Manos Unidas dio respuesta a la petición de ayuda de Cáritas Freetown y está colaborando con una iniciativa emergencia en el plan de mitigación de los efectos de la inundación y el alud de barro.
Se trata de proveer a 2.000 personas -mujeres en situación de vulnerabilidad (lactantes y embarazadas), niños, personas con discapacidad y ancianos- de tres comunidades -Culvert, Sunsan's Bay y Looking Town- con comida caliente, mantas y ropa, durante tres meses.
Manos Unidas está colaborando en la adquisición de alimentos, agua, menaje y leña para la preparación y distribución de comidas calientes. Y en el reparto de mantas y prendas de vestir para unas personas que lo han perdido todo bajo el agua y el barro.
