El papa Francisco ha participado en la II Conferencia Internacional sobre Nutrición, que se ha celebrado en la Sede de la FAO en Roma, del 18 al 20 de noviembre. En su discurso, el pontífice aseguró que la persona que pasa hambre “nos pide dignidad, no limosna".
El papa Francisco ha participado en la II Conferencia Internacional sobre Nutrición, que se ha celebrado en la Sede de la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) en Roma, del 18 al 20 de noviembre. En su discurso, el pontífice aseguró que la persona que pasa hambre, “nos pide dignidad, no limosna".
En su alocución, varias veces interrumpida con aplausos por el auditorio, Francisco señaló que “las personas y los pueblos exigen que se ponga en práctica la justicia; no sólo la justicia legal, sino también la contributiva y la distributiva".
"Hay comida para todos, pero no todos pueden comer, mientras que el derroche, el descarte, el consumo excesivo y el uso de alimentos para otros fines, están ante nuestros ojos", denunció el Papa.
"Hoy día se habla mucho de derechos, olvidando con frecuencia los deberes; tal vez nos hemos preocupado demasiado poco de los que pasan hambre”, lamentó.
“Duele constatar además que la lucha contra el hambre y la desnutrición se ve obstaculizada por la «prioridad del mercado» y por la «preeminencia de la ganancia», que han reducido los alimentos a una mercancía cualquiera, sujeta a especulación, incluso financiera", dijo.
"Vivimos en una época en la que las relaciones entre las naciones están demasiado a menudo dañadas por la sospecha recíproca, que a veces se convierte en formas de agresión bélica y económica, socava la amistad entre hermanos y rechaza o descarta al que ya está excluido".
"El derecho a la alimentación sólo quedará garantizado si nos preocupamos por su sujeto real, es decir, la persona que sufre los efectos del hambre y la desnutrición", dijo, antes de denunciar que “hay comida para todos, pero no todos pueden comer, mientras que el derroche, el descarte, el consumo excesivo y el uso de alimentos para otros fines, están ante nuestros ojos. Por desgracia, esta «paradoja» sigue siendo actual”.
Por su parte, Graziano da Silva, director general de la FAO, en su saludo al Papa, calificó su presencia en la Conferencia, como “histórica”.
“Su presencia hoy con nosotros es también una manera de hacer historia” como la solidaridad, que “entendida en su sentido más profundo, es una forma de hacer historia". “La solidaridad en la erradicación del hambre y de la miseria, y en hacer realidad la seguridad alimentaria para todos, son pilares fundamentales del futuro sostenible que queremos, independientemente de la raza, la religión o los recursos”, añadió.
"Por primera vez en la Historia, la humanidad puede decir que la miseria no es una fatalidad y que el hambre es completamente evitable", afirmó el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, al recibir al Pontífice. "La presencia de Su Santidad aquí con nosotros hoy refleja una convergencia ecuménica sobre este punto, que es que se está extendiendo cada vez más entre los pueblos de diferentes latitudes, culturas y puntos de vista".
También la reina Letizia tuvo ocasión de pronunciar unas palabras el jueves. Doña Letizia se refirió a la necesidad de “invertir en mejorar la nutrición”, no solo como “un imperativo moral sino también una medida sensata desde una óptica económica”.
“Invertir en mejorar la nutrición aumenta la productividad y el crecimiento económico, reduce costes en atención sanitaria y promueve la educación, la capacidad intelectual y el desarrollo social”, dijo la Reina, que también se refirió a la necesidad de invertir en la mejora de la nutrición para prevenir. “La prevención es siempre beneficiosa porque implica conocimiento, educación y toma de conciencia de cada individuo sobre su situación y en su contexto”, añadió.
La Reina se refirió también a la mujer como el motor indispensable para que los sistemas alimentarios mejoren. “Mientras la mujer siga siendo la responsable de la alimentación familiar en muchos lugares del mundo, es fundamental dotarla de los conocimientos necesarios –cada una en su situación- para contribuir a la mejora de la nutrición. Una mujer con acceso a la educación supone un beneficio para todala comunidad. Es decir, cuando se centra la atención en las mujeres, la repercusión en los hogares es mayor y, por tanto, el impacto social es enorme”, aseveró.
Los delegados de 172 países presentes en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2) aprobaron el miércoles la Declaración de Roma sobre la Nutrición y el Marco de Acción que abarcan principios voluntarios encaminados a abordar los principales retos de la nutrición de hoy en día e identifican las prioridades para una mayor cooperación internacional en materia de nutrición.
Entre sus prioridades se encuentran buscar vías para abordar la obesidad -un reto creciente para la salud global, incluso en países de bajos ingresos-, combatir las carencias de micronutrientes que afectan a 2 000 millones de personas en todo el mundo, y asegurar el acceso de todas las personas a la alimentación saludable que requieren para su desarrollo individual.