Jóvenes indígenas wayúu abogan por el fin de hambre en La Guajira colombiana.
Hace poco más de un mes que seis jóvenes integrantes de la etnia indígena wayúu pusieron fin a una huelga de hambre con la que, durante 30 días, lograron que algunos medios de comunicación colombianos se hicieran eco de unas reivindicaciones y propuestas que la comunidad wayúu exige al Gobierno de Colombia desde hace años.
El fin de la huelga no es óbice para que estos jóvenes continúen exigiendo garantías de salud y de acceso al agua y a la vida en la Alta Guajira, el desierto colombiano fronterizo con Venezuela. Problemáticas éstas que azotan históricamente a ese departamento del norte de Colombia y por las que trabaja desde hace tres décadas la Fundacion Caminos de Identidad (FUCAI), que cuenta con el apoyo de Manos Unidas.
Los wayúu, son una comunidad "al borde de la extinción", asegura Ruth Chaparro, subdirectora de FUCAI.
La falta de agua, derivada de las sequías, ha convertido las tierras en las que vive el pueblo wayú en un desierto. A eso hay que sumar la proliferación de proyectos mineros que utilizan grandes cantidades de agua para su funcionamiento, lo que deja a la población, eminentemente campesina, sin recursos para cultivar e, incluso, para el consumo diario.
Cuando a mí me preguntan de qué mueren los wayúu digo que mueren de una enfermedad llamada desigualdad, exclusión racismo, indiferencia, corrupción, libre empresa, deterioro ambiental, abandono…, explicaba Ruth Chaparro en una de sus visitas a España.
Un abandono que ha causado que, en lo que va de año, hayan muerto de hambre y sed cerca de 30 niños en La Guajira. Es a estos pequeños a quienes los jóvenes wayúu, que abandonaron la huelga de hambre a petición de sus familias y amigos, dedican este vídeo.
“Cada vez que una persona muere de hambre, especialmente si es un niño, nosotros regresamos a la barbarie. El hambre es una contradicción que nos lleva a preguntarnos si realmente somos un mundo humano”. Jovenes Indígenas wayúu
La solidaridad de Manos Unidas llegó hasta los desiertos de La Guajira Colombiana para sembrar esperanza, para salvar vidas concretas, haciendo seguimiento nutricional niño a niño y familia por familia, asegura Chaparro.
La subdirectora de FUCAI explica que Manos Unidas también acompaña a la Fundacion “en el fortalecimiento de la organización comunitaria y la acción de la sociedad civil, haciendo gestión e incidencia para movilizar voluntades de tal forma que estos pueblos puedan tener garantizado el acceso al agua, a la comida, a la atención en salud y a la educación.