En el llamamiento, encabezado por el Patriarca Latino de Jerusalén, junto a los Obispos Auxiliares de Jerusalén, el Patriarca Emérito de Jerusalén, y el Delegado Apostólico en Jerusalén y Palestina, y Nuncio Apostólico de Israel y Chipre, las autoriadades eclesiales piden "insistentemente a las autoridades civiles egipcias, israelíes y a la comunidad internacional, que intensifiquen sus esfuerzos para luchar contra la trata de seres humanos en el Sinaí, contra los abusos, las humillaciones, las torturas, la violencia, y los asesinatos que perduran y golpean a los prófugos africanos".
Además, según Radio Vaticana, "los Ordinarios expresaron a través de una nota su indignación ante las autoridades afectadas por nula defensa de los derechos humanos".
El pasado mes de febrero, Alicia Vacas, misionera comboniana afincada en Judea, denunciaba esta situación durante su visita a España para presentar la campaña de Manos Unidas.
"La frontera del sur de Israel recibe cada año un gran número de personas, provenientes sobre todo de países africanos, como Eritrea y Sudán, que acceden al país en busca de asilo, tras haber pagado grandes sumas a los contrabandistas beduinos. A su llegada son detenidos por las Fuerzas de la Defensa Israelíes en el Centro de Detención Saharonim, donde pueden permanecer en condiciones parecidas a prisión durante meses. Muchos son retenidos en campos en el Sinaí, donde se enfrentan a torturas, violaciones y extorsión hasta que son liberados", manifestaba la religiosa comboniana. (ver más)
Un artículo publicado en elmundo.es explicaba la situación de las personas que salen de sus países de origen, generalmente en África, en busca de un futuro y caen en manos estas mafias organizadfas que han hecho de la tráfico de seres humano un negocio.