En Manos Unidas llevamos, desde 1960, luchando para que el acceso universal al agua potable y al saneamiento no sean un objetivo, sino una realidad.
Con motivo de la celebración, el próximo 22 de marzo, del Día Mundial del Agua, desde Manos Unidas queremos recordar a los 2,1 millones de personas que viven sin agua potable en sus hogares y a los 4.000 millones de personas —casi dos tercios de la población mundial— que padecen escasez grave de agua durante al menos un mes al año.
A la vista de los datos recogidos por diversas organizaciones internacionales (entre ellas, la Organización Mundial de la Salud -OMS-) queremos hacer hincapié en que, a pesar de los muchos avances logrados, la Meta 10 del ODM7, que planteaba “reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de personas que carecen de acceso sostenible a agua potable y a saneamiento básico”, no se alcanzó.
La lejanía de las fuentes de agua y la carencia de servicios de saneamiento adecuados, potencia otra serie de carencias sociales y sanitarias:
Como en tantas otras ocasiones, África es el continente más afectado por estas carencias.
Manos Unidas lleva desde 1960 luchando para lograr que el acceso universal al agua potable y al saneamiento dejen de ser un objetivo para convertirse en una realidad en los lugares donde este derecho que, en teoría, ampara a todos los seres humanos, no es más que una quimera para la mayor parte de la población.
Para ello, hacemos grandes esfuerzos para dotar a las comunidades de fuentes de agua mejorada y de saneamiento a través de la construcción de pozos, embalses, canalizaciones, fuentes, letrinas...
En Camerún, uno de los pocos países africanos en camino de alcanzar las metas de acceso al agua potable, aunque no así en materia de saneamiento, hemos llevado el agua potable a cuatro aldeas rurales de la provincia de Meme: Nake, Bai-Panya, Dieka y Malende, donde la ausencia de un sistema de suministro de agua potable supone que los niños y las mujeres tengan que recorrer largas distancias hasta encontrar agua en unos riachuelos, contaminados por la acción del hombre y de los animales. Esta contaminación es la causa de la proliferacón de enfermedades de origen hídrico (diarreas, disentería, fiebres tifoideas e incluso cólera), que afectan principalmente a los niños, dando lugar a un alto absentismo escolar.
Ante este problema, nuestro socio local, la ONG camerunesa RUDEC -con la que hemos terminado satisfactoriamente otros proyectos de las mismas características y en la misma región-, ha emprendido el estudio y preparación de un proyecto de suministro de agua potable desde fuentes cercanas y por canalización, a estas cuatro poblaciones rurales.
Los habitantes de los cuatro poblados, 23.400 beneficiarios directos del proyecto, se han organizado en Comités de Gestión del Agua, se han comprometido a aportar mano de obra no cualificada para trabajos tales como la limpieza del terreno y la excavación. Además, están aportando materiales de construcción (arena, piedras, agua y madera...). El socio local aporta parte de la financiación y se hace cargo del transporte de materiales. Los beneficiarios pagarán, además, una cuota por el suministro de agua para financiar un fondo común de mantenimiento del sistema.
Esta obra, compuesta por 23 Km.de conducciones, 4 depósitos de captación, 34 cámaras de válvulas, 4 de filtración y otras 32 cámaras (en puntos altos y bajos) y 60 fuentes públicas, está contribuyendo a reducir drásticamente la incidencia de enfermedades de origen hídrico. Esto repercute positivamante en la asistencia a la escuela y en que las mujeres dedique más tiempo al cuidado del hogar.
No te pierdas el vídeo que grabó el Programa Pueblo de Dios en un proyecto similar en Camerún.