El proyecto, que se localiza en Mullikulam, al sur de la ciudad de Mannar, en Sri Lanka, pretende contribuir a la reinserción de los desplazados tamiles, obligados a abandonar sus hogares durante el conflicto étnico que ha asolado el país durante los últimos treinta años.
Hasta aquí, la historia de los 750 habitantes del pueblo de Mullikulam no es muy diferente a la de otras 400.000 personas de etnia Tamil, desplazadas y realojadas en la zona norte de Sri Lanka.
El verdadero calvario de estas 270 familias comenzó en septiembre de 2007, cuando el ejército decidió hacer unas maniobras militares en la zona. Las familias fueron conminadas a abandonar sus hogares por un periodo máximo de una semana. Al dejar el pueblo, tuvieron que dejar también todas sus pertenencias, incluidas las barcas de pesca con las que se ganaban la vida. Unas barcas que habían recibido en el año 2004, después de que el tsunami dejara inservibles las que tenían. El problema es que la autorización para volver a sus casas se demoró más de un lustro. Y ni siquiera han podido regresar a sus tierras de origen, que han sido ocupadas por el ejército, sino que han de desplazarse a una zona selvática, donde, hasta el momento, continúan viviendo en tiendas de campaña muy precarias.
A los desplazados de Mullikulam se les ha facilitado la maquinaria necesaria para desbrozar la zona y se les provee de agua potable. Además, una ONG local les reparte raciones de comida mientras su situación no se estabilice y hayan conseguido las infraestructuras necesarias para vivir con normalidad. No quieren depender de nadie, sino volver a ser autosuficientes, viviendo de su propio trabajo que es la pesca, como siempre han hecho.
Y como el ejército esrilanqués les ha habilitado el uso de una salida al mar para pescar, la Cooperativa de pescadores de St. Joseph, por medio de Rayappu Joseph, obispo de Mannar, han solicitan nuestra colaboración para la compra de 50 barcas de pesca (50 motores fueraborda, redes y otros elementos) así podrán empezar a recuperar su anterior vida.
Durante este tiempo, las negociaciones con las autoridades militares están siendo continuas e intensas. Los habitantes de Mullikulam cuentan con el apoyo incondicional del Obispo de Mannar.