Asistimos a la última sesión del III Seminario de Ecología Integral.
El Seminario de Ecología Integral pone de relieve la importancia de proteger nuestro planeta, siguiendo el mensaje de la encíclica Laudato si'.
En el evento, diversas organizaciones eclesiales han impulsado un diálogo sobre la necesidad de transformar el sistema agroalimentario hacia un modelo más sostenible y consciente del medio ambiente.
Además, se ha enfatizado sobre cómo el cambio climático repercute en la agricultura, subrayando la urgencia de adoptar prácticas más respetuosas con la naturaleza para mitigar sus efectos en el sector agrícola, poniendo siempre el foco en las comunidades más vulnerables.
Enlázate por la Justicia, organización a la que pertenecemos, el departamento de Ecología Integral de la CEE, la Fundación Pablo VI, el Movimiento Laudato si’ y la Comisión Diocesana de Ecología Integral de la diócesis de Madrid han organizado este seminario que este año se ha centrado en el tema «Agricultura sostenible y cambio climático».
Esta tercera y última sesión ha dado a conocer proyectos concretos de agricultura a pequeña escala, más sostenibles y justos, tanto para el productor como para el que consume los alimentos.
«Todos pensamos que el sistema agroalimentario sería proporcionar alimentos a la población, pero realmente la prioridad es asegurar unos ingresos a todo un entramado empresarial», señaló José Ignacio García Jimenez, moderador de la mesa redonda en la que han intervenido Auxiliadora Delgado, coordinadora del Centro de Desarrollo Rural Carrión de los Condes y expresidenta de COCEDER, Lucero Guillén, misionera laica en la Amazonía peruana y la investigadora María Carmen Molina.
Este seminario se ha celebrado en tres sesiones. Las dos primeras, en formato online, tuvieron lugar el 28 de mayo y el 18 de junio. La tercera se ha celebrado en el marco del Tiempo de la Creación y ha tenido lugar el 17 de septiembre en la Fundación Pablo VI.
En este sentido, Manos Unidas colabora en numerosos proyectos para impulsar la agroecología en diferentes regiones del planeta como solución para frenar la desigualdad, el hambre y la pobreza.
En Guatemala, Manos Unidas apoya un programa junto a la Pastoral Social de Verapaz que mejora las condiciones de seguridad alimentaria, salud y desarrollo económico de diez comunidades indígenas en el municipio de Fray Bartolomé de Las Casas. Este es uno de los municipios con más bajo índice de desarrollo humano del país. La pobreza, la inseguridad alimentaria y la desnutrición aguda entre los niños menores de cinco años son los grandes problemas de estas comunidades, con gran incidencia en la tasa de mortalidad materno infantil.
El proyecto, que ha tenido una duración de tres años, ha supuesto un punto de inflexión para muchas de las personas beneficiarias. Entre otras cosas, estas familias han conseguido aumentar sus ingresos económicos, lo que les ha permitido alejarse de la pobreza y el hambre.
Por otro lado, en Honduras, un proyecto, cofinanciado por la ONG, los Ayuntamientos de Málaga, Zaragoza, Leioa y el Gobierno de Aragón, apoya a 375 productores de 14 comunidades de tres municipios del departamento de Choluteca (El Triunfo, Concepción de María y El Corpus) en el sur del país. Gracias a él, recibirán formación y conocimientos técnicos sobre sistemas de riego, de información climática y agroecología para tomar mejores decisiones para sus cultivos e incrementar así sus ingresos.