Desde 2012, Streevani es uno de nuestros mejores socios locales en India. La organización coordina un programa financiado por Manos Unidas para la defensa del colectivo de las empleadas de hogar.
Streevani significa «La voz de las mujeres». Así se llama un bufete de Pune, dirigido por la hermana y abogada Julie George, que dedica todos sus esfuerzos a la defensa jurídica, el asesoramiento y la formación de las mujeres maltratadas. Toda la filosofía y la esencia de su labor están sintetizados en su logo: una plumilla que se transforma en una mujer libre; todo un mensaje. El bufete hace una labor magnífica, luchando contra viento y marea, en un estamento completamente copado por los hombres en una sociedad machista donde la violencia sobre las mujeres no está mal vista o sencillamente es tolerada.
Pune es la segunda ciudad de Maharastra, después de Bombay, con unos 4 millones de habitantes y con una clase media emergente y una demanda, cada vez mayor, de servicios domésticos por horas (también están las empleadas de hogar que sirven fijas, aunque trabajan para familias más adineradas). La gran mayoría de estas mujeres son analfabetas, o casi, y viven en barrios de chabolas. Este colectivo estaba completamente desprotegido: no existía un salario reglado, no tenían ningún derecho ni beneficio social y estaban completamente a la merced del empleador y de su buena (o mala) disposición, tanto para el salario como para el trato personal. Streevani ha conseguido unir a todas estas mujeres, inscribirlas en una asociación, formarlas y concienciarlas para crear un sindicato. Este sindicato está ahora legalizado y se ha federado con otros similares de otras zonas.
Han conseguido un salario justo, pactar una jornada de trabajo, pensión de viudedad, becas, beneficios para la maternidad...
En 2015, al término del primer proyecto financiado por Manos Unidas, Streevani tenía 4.400 mujeres inscritas de las cuales, la mayoría, más de 2.500, se registraron en el ‘Maharashtra State Domestic Workers Board’, por lo que están protegidas por la legislación laboral. Han conseguido un salario justo, pactar una jornada de trabajo, pensión de viudedad, becas para los hijos, beneficios para la maternidad, asistencia en caso de accidente y discapacidad. También están haciendo una labor de concienciación sobre temas legales, sobre todo, enfocados a violencia de género y acoso sexual.
Con el segundo programa financiado por Manos Unidas, y aprobado en 2016, se está reforzando la labor empezada en el anterior y se pretende la aplicación de las últimas leyes de 2013 sobre acoso sexual en el trabajo, violencia de género y sobre sucesión que prevé la igualdad de derechos para heredar las propiedades del padre. Las trabajadoras, a pesar de todo lo conseguido, no reciben las mismas prestaciones sociales que los demás trabajadores y muchos de los derechos reconocidos por la Ley, a menudo no se aplican, por lo que, en muchos casos, siguen vigentes los mismos esquemas de siempre.
En las sesiones de formación se trabaja sobre violencia de género, salud, higiene y enfermedades contagiosas, liderazgo y comunicación.
Por eso es muy importante que la labor de concienciación sea accesible para el mayor número de mujeres y facilite el perfecto conocimiento de sus derechos, mientras promueve una campaña de lucha contra el analfabetismo, situación común en muchas de ellas. Además, en las sesiones de formación se trabaja sobre violencia de género, salud, higiene y enfermedades contagiosas, liderazgo y comunicación.
Aunque para empezar a ver los verdaderos resultados de todos estos esfuerzos deberán pasar muchos años, prácticamente una generación, el programa trabaja paralelamente con las hijas de estas mujeres para concienciarlas sobre la importancia de la educación, para que no dejen los estudios, como a menudo sucede, y para conocer los problemas que conlleva la violencia de género y cómo afrontarlos.
Texto de Nicoletta de Matthaeis. Departamento de Proyectos de Asia.
Este artículo fue publicado en la Revista de Manos Unidas nº 208 (febrero-mayo 2018).