Camajá, que forma parte del pueblo maya K’iché, es desde hace 25 años el director de Fundebase (Fundación para el Desarrollo y Fortalecimiento de las Organizaciones de Base), uno de los socios locales de Manos Unidas más veteranos en el país centroamericano.
Además, tiene una larga experiencia en el movimiento cooperativo guatemalteco, especialmente con pueblos indígenas, con los que lleva adelante procesos de desarrollo integral comunitario con enfoque endógeno.
Gracias al trabajo conjunto con Manos Unidas durante 15 años, Fundebase ha podido atender a 35 comunidades indígenas y campesinas, con una población aproximada de 5.000 habitantes, apoyando acciones de soberanía alimentaria y agroecología y de conocimiento de los derechos económicos, sociales y culturales de las mujeres, entre otros muchos campos.
«Con el apoyo de Manos Unidas, hemos logrado reducir la desnutrición infantil en el corredor seco de Guatemala», nos cuenta Pedro Camajá.
En relación a la lucha contra el coronavirus en las comunidades indígenas, el activista guatemalteco destaca que la producción de alimentos con enfoque agroecológico, que Fundebase impulsa desde hace años, ha demostrado ser una alternativa viable para evitar riesgos alimenticios en períodos de emergencia.
En su intervención en el acto de presentación de la Memoria de Manos Unidas 2020, Pedro Camajá habló del impacto de la pandemia en Guatemala, país con una gran desigualdad estructural, y denunció la ausencia del Estado a la hora de enfrentar la crisis del coronavirus.