Carta de Carlos Escribano

Manos Unidas ONG - Memoria 2022 - Carta de Carlos Escribano

«Los pobres están en el centro de nuestro trabajo»

Los datos que aparecen en esta memoria van más allá de algunas cifras cargadas de información. En efecto, Manos Unidas pone en tus manos estas páginas que recogen el esfuerzo de muchas personas que se sienten interpeladas por las necesidades de los más vulnerables y buscan res­puestas creativas que son la concreción de la virtud de la solidaridad.

Los relatos, personas y lugares que encontrarás en esta memoria describen el esfuerzo de la gran familia de Manos Unidas que se traduce en compromiso, trabajo, entrega y generosidad que, sumadas a una profunda ex­periencia de fe, dan como resultado una vivencia de la fraternidad que nos ayuda a superar la tentación de indi­vidualismo que muchas veces intenta condicionarnos y nos lleva a la indiferencia.  
 
Ese ha sido el empeño de Manos Unidas con su Campaña contra el Hambre de este año. El lema de la misma nos in­terpelaba con fuerza: «Nuestra indiferencia los condena al olvido». Es importante evitar que caiga el manto de la indiferencia sobre tantos países en los que viven muchos hermanos nuestros, empobrecidos y hambrientos. No debe­mos darles la espalda en estos momentos.

Nos lo recordaba el Papa Francisco: «La omisión es también el mayor pecado contra los pobres. Aquí adopta un nombre preciso: indife­rencia. Es decir: “No es algo que me concierne, no es mi problema, es culpa de la sociedad”. Es mirar a otro lado cuando el hermano pasa necesidad, es cambiar de canal cuando una cuestión seria nos molesta, es también indig­narse ante el mal, pero no hacer nada. Dios, sin embargo, no nos preguntará si nos hemos indignado con razón, sino si hicimos el bien». (Francisco, Homilía en la Jornada Mundial de los Pobres, 19-11-2017)

El trabajo de nuestra asociación se prolonga durante todo el año, aunque el mes de febrero viene tradicionalmente marcado por un momento de reflexión y acción solidaria en la Iglesia española: la ONG católica de voluntarios, Manos Unidas, nos presenta cada año su Campaña contra el Hambre.

Manos Unidas tiene una razón de ser: ayudar a las comunidades cristianas de las diócesis españolas a crecer en sensibilidad hacia los más desfavorecidos en países empobrecidos. Es la lógica que nos propone el papa Francisco: «Frente a los pobres no se hace retórica, sino que se ponen manos a la obra y se practica la fe involucrándose directamente, sin delegar en nadie». (VI Jornada Mundial de los Pobres, n. 7)

Esa sensibilidad que se suscita, al final, se materializa en acciones concretas en los cuantiosos proyectos de desarrollo que se aprueban cada año en be­neficio de los más pobres. La estrategia es sencilla pero eficaz: concienciar aquí, para poder ayudar allí. Ayudar a nuestros conciudadanos a descubrir que todos somos responsables de todos y que la quiebra de la dignidad de nuestros hermanos, allí donde estén, se convierte en un reto inexcusable para nosotros. Eso tiene una respuesta con­creta en la que se implican muchas personas que, de un modo u otro, colaboran con Manos Unidas y que da lugar a los proyectos de desarrollo que se preparan con profe­sionalidad para ayudar a tantas personas en el mundo. La cercanía y el apoyo de tantos a los retos que nos presenta Manos Unidas es digno de destacar y agradecer.  
 
Los pobres están en el centro de nuestro trabajo. Ellos son los preferidos del Señor. Por ellos merece la pena llevar adelante tanto trabajo y hacerlo siempre lo mejor posible. De ellos podemos aprender muchas cosas y nos muestran caminos que nos abren a la grandeza de la dignidad humana, a la trascendencia y a la misericordia de Dios.

¡Muchas gracias por todo a todos!

Carlos Escribano Subías, Arzobispo de Zaragoza y Consiliario de Manos Unidas

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