Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
El Instituto Maestre Pie Filippini, situado en Adigrat, Etiopía, necesita mejoras para garantizar la calidad de la enseñanza primaria a sus 600 alumnos.
Adigrat pertenece a la región del Tigray, en la que todavía se perciben las consecuencias de la guerra que mantuvieron ambos países hasta el año 2002. El 85 % de la población de la zona depende de la agricultura para su subsistencia y han de aprovechar el agua de la época de lluvias para la siembra. Adigrat es, además, la ciudad que asume en gran medida el enorme flujo de población desplazada o deportada que llega del país vecino.
Los servicios que la ciudad puede ofrecer son insuficientes, sobre todo en lo que se refiere a empleo, sanidad y educación. Un alto porcentaje de los 70.000 habitantes de la ciudad está en paro.
Las hermanas del Instituto Maestre Pie Filippini de Adigrat han adquirido un gran prestigio en la región, tras catorce años de trabajo en el desarrollo de proyectos sanitarios, de educación y de promoción de la mujer en el Tigray. Su colegio de preescolar y de primaria contribuye en gran medida a solucionar la escasez de plazas escolares de la ciudad.
En su momento, Manos Unidas financió un edificio nuevo de primaria, ya que el que tenían estaba en muy malas condiciones y con los cimientos dañados. Con ello se pudo ampliar la oferta escolar en Adigrat, sobre todo para familias sin recursos. Sin embargo, el gobierno ha cambiado el curriculum de la enseñanza primaria y se necesitan más instalaciones para un laboratorio y una sala de ordenadores.
Además de mejorar el nivel de los alumnos, las hermanas tienen que alquilar los ordenadores con acceso a internet a otros jóvenes de la ciudad para obtener ingresos que les permitan mantener los equipos y el propio colegio con la idea de llegar a ser autosuficientes en un futuro.
Como en anteriores ocasiones, Manos Unidas ha acudido a la llamada de las hermanas y ha colaborado en la construcción de estas aulas, que beneficia a 600 alumnos de primaria. Los padres de los alumnos colaboran todo el año con pequeñas aportaciones económicas, de cuantía variable, que las hermanas aprovechan para becar a los alumnos de las familias más desfavorecidas. De esta manera, estos niños tienen garantizado el acceso a la educación, que les abre las puertas a un futuro mejor.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.