Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
Más de 1.500 mujeres han participado en talleres de formación y han sido apoyadas a través de actividades de atención y asesoría y el refuerzo de su autonomía social y económica.
El proyecto se centra en mujeres víctimas de violencia de género que experimentan múltiples condiciones de vulnerabilidad por situación económica, nacionalidad, estatus migratorio y etnia, en un país caracterizado históricamente por altos índices de discriminación y violencia basada en género (VBG). La violencia de género es un problema de salud pública y está presente tanto en los hogares como en los espacios públicos, en el trabajo, en los centros de educación, en las instituciones y en los centros de salud.
A pesar de los avances de los últimos años en Ecuador, 6 de cada 10 mujeres mayores de 15 años declaran haber vivido una o más formas de violencia de género.
Asimismo, el 54 % de las mujeres de las seis provincias más afectadas no tiene ingresos propios, lo que contrasta con el promedio del 20 % para los varones de las mismas
localidades.
En cuanto a las zonas de ejecución, en Manta se trabaja en barrios urbano marginales cuyos habitantes son personas de muy escasos recursos económicos con trabajadores eventuales. Las mujeres representan un 30 % del mercado laboral, y sus trabajos son de baja calificación debiéndose ocupar además del cuidado y la educación de las/os hijas/os y de las tareas domésticas.
Lago Agrio y Esmeraldas, en la frontera con Colombia, experimentan el agravante de ser una zona con gran cantidad de población en situación de movilidad humana o refugio, relacionado con el conflicto que se vive en aquel país. Estas situaciones de desplazamiento forzado afectan de manera desproporcionada a las mujeres, las niñas y a personas sexualmente diversas, que experimentan reiteradamente discriminación y violencia machista en todas las etapas del ciclo de desplazamiento.
El proyecto ha apoyado a 1.539 mujeres y a 1.101 hombres mediante tres ejes de actuación:
Durante los dos años de ejecución del proyecto (desde febrero de 2018 hasta marzo de 2020) se ha logrado mejorar el acceso a derechos de la mayor parte de mujeres víctimas de violencia que han participado en las actividades, pudiendo acabarlo de forma satisfactoria cuando la pandemia de COVID-19 ya era un grave problema en el país.
Este proyecto ha sido ejecutado por Manos Unidas y la Corporación Sol Justicia, creada en 2009 con el objetivo de coordinar y apoyar el diseño y ejecución de estrategias y programas de diferentes organizaciones que forman parte de la Compañía de Jesús. Manos Unidas lleva 30 años colaborando con la Compañía de Jesús en Ecuador.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.