Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
Este proyecto se realiza en la ciudad de El Cairo y tiene como objetivo: acoger, proteger, promover y mejorar las capacidades de integración de los jóvenes migrantes sudaneses en la sociedad egipcia, que habiendo huido de su país después de recorrer un largo y penoso camino, llegan a la ciudad en una situación irregular, debiendo afrontar problemas de toda índole.
La realidad social de este colectivo viene determinada por la falta de formación adecuada, de recursos financieros familiares y de ausencia de espacios comunes donde reunirse y compartir.
En las barriadas marginales de El Cairo donde habitan existe: pobreza, hacinamiento, xenofobia y acoso de bandas violentas; esta situación da lugar a desánimo, droga y delincuencia. Sus posibilidades de acceso al mundo laboral se sitúan en el sector informal (construcción, servicio básico en domicilios, venta ambulante). Las jóvenes mujeres -con una edad media de 15 años-, tienen con frecuencia embarazos no deseados y son objeto de violencia sexual. Las que pertenecen a una familia tienen culturalmente como principal rol el trabajo del cuidado y carecen de capacidades para generar ingresos en este nuevo país, ya que no tienen formación específica.
La Comunidad Comboniana, responsable de la ejecución de este proyecto, está muy involucrada con este colectivo y tiene experiencia demostrada en el trabajo de empoderar y acompañar a la joven comunidad sudanesa. A través de la educación formal, profesional y de la enseñanza de idiomas mantienen un buen ambiente de colaboración y encuentro en sus centros educativos, por otro lado, imprescindible para trabajar con este colectivo tan vulnerable en un entorno difícil.
Manos Unidas colabora con el apoyo a la formación en 2 centros a través de talleres de:
Empoderamiento enfocado específicamente a las jóvenes, impartido por expertos en violencia social, educación sexual
El socio local realiza aportes al proyecto en gestión técnica y sociocultural, formación, transporte, pagos de salarios. Los beneficiarios directos: 500 personas (350 mujeres y 150 hombres) e indirectos 1.000.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.