El Objetivo del Milenio que persigue mejorar la salud materna establece la meta de reducir, en tres cuartas partes, la tasa de mortalidad materna para el año 2015.
Este desafío entronca en el artículo 25 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos que establece que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, (…); y que “la maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales”. Sin embargo, según organismos de Naciones Unidas, las muertes, lesiones y discapacidades relacionadas con el embarazo y el parto son los problemas más desatendidos del mundo. Casi se consideran asuntos que conciernen únicamente a las mujeres. Por otro lado, sabemos que ellas se ocupan, en general, de cuidar de la salud de los miembros de la familia, especialmente de los que no se valen por sí mismos (niños, enfermos, los afectados por alguna discapacidad, ancianos) y del cuidado del hogar.