Cada hora mueren más de 1.000 menores de cinco años por diferentes causas y cada minuto mueren 9 niños por causas asociadas a la desnutrición.
El problema es tan grave que, cuando en el año 2000, la ONU aprobó los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio, dedicó el cuarto a este problema, con el fin de reducir la mortalidad infantil en dos terceras partes antes del 2015. Pasados tantos años volvemos a preguntarnos: ¿cómo podemos conseguir este objetivo? En el año 2011, Manos Unidas celebró la campaña LII. Seguimos trabajando por alcanzar el objetivo de nuestra misión: acabar con la pobreza y el hambre. Pero, además, este año, dentro de las campañas dedicadas a los ODM, centramos todos los esfuerzos en el 4º objetivo, la reducción de la mortalidad de los niños menores de 5 años. Sabemos que la pobreza es territorio donde germinan muchas injusticias que afectan a tres cuartas partes de la humanidad. En la medida en que consigamos disminuir los niveles de pobreza, enfermedad, desnutrición y analfabetismo, podremos reducir la mortalidad infantil. Lo que hagamos en esta fase de la vida es decisivo para la supervivencia de los niños y su posterior desarrollo, porque en estas edades es cuando son más vulnerables.