Si, en Manos Unidas creemos que es posible acabar con el hambre. En Manos Unidas trabajamos para acabar con el hambre y creemos que es posible lograrlo si se dan las condiciones económicas, sociales y políticas necesarias para hacerlo.
Ya en el manifiesto fundacional de Manos unidas, las mujeres de la Unión Mundial de las Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) decían: “El día en que los hombres decidan que no haya más hambre sobre la capa de la tierra, no la habrá. Supone una toma de conciencia semejante a la de la abolición de la esclavitud. Será un mundo nuevo” (Mary Salas, primera presidenta de Manos Unidas).[1]
El hambre es un problema social con implicaciones éticas que exigen una respuesta decidida, tanto a nivel personal, comunitario e institucional de Estados y Organismos internacionales. Se necesita por tanto una respuesta conjunta y acciones concretas, tanto a nivel individual como colectivo. Por consiguiente, es preciso evitar el despilfarro y el consumo irracional de los recursos, que las grandes corporaciones no pongan límites a las posibilidades que ofrecen las pequeñas explotaciones para garantizar la alimentación saludable y sostenible para todos. Hoy se tiene más claro que nunca que es en las instancias políticas donde deben tomarse las decisiones que permitan establecer sistemas de alimentación justos, que reduzcan sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero y permitan la creación de oportunidades de subsistencia para los pobres, porque la mayoría obtienen su sustento de la agricultura.[2]
Otro de los problemas que causan el hambre es nuestra forma de alimentarnos, el abuso alimentario y la PDA (Pérdida y Desperdicio de Alimentos). En España el 42% de la comida que se tira procede del consumo doméstico.[3]