El proyecto que realiza Manos Unidas se sitúa en la región de las Sabanas, en el Norte de Togo, la zona más pobre del país. Allí, la sociedad se organiza en torno a un sistema de jefes locales designados por tradiciones ancestrales. Hay un 90% de analfabetismo entre la población adulta, y casi un tercio de la población masculina es polígama. Se dedican mayoritariamente al cultivo de maíz, sorgo, mijo y cacahuetes, con bajos rendimientos que varían en función de la climatología. La población se enfrenta a una inseguridad alimentaria estructural debida a la deterioración del suelo y el bajo acceso a los insumos agrícolas que afectan a la producción agropecuaria, principal recurso de las poblaciones rurales.
La sociedad también sufre la vulneración sistemática del derecho al agua y a la alimentación, debido a la falta de infraestructuras de acceso al agua potable y saneamiento. Este hecho influye de manera negativa en las condiciones nutricionales y de salud de la población, y en particular sobre los colectivos más vulnerables, que son las madres y los niños de menos de cinco años.
La estrategia de actuación prioriza a la población rural, con especial énfasis en la población femenina, por su condición de alta vulnerabilidad. La asociación JARC (Jeunesse Agricole Rurale Chrétiene), solicita colaboración a Manos Unidas para mejorar la seguridad alimentaria, las condiciones sanitarias en la región de las Sabanas y las capacidades de producción agrícola. Todo esto se podrá conseguir a partir de la diversificación de las fuentes de ingresos, desarrollando nuevas actividades económicas, aumentando el acceso al agua y al saneamiento, y promoviendo mejores prácticas nutricionales durante un período de 36 meses. Este proyecto tendrá 5.841 beneficiarios directos e indirectamente beneficiará a toda la comunidad.