Según la Agència de Residus de Cataluña, el despilfarro alimentario son aquellos alimentos que, a pesar de ser seguros y nutritivos para las personas, se descartan o se destinan a usos distintos de la alimentación humana o animal a lo largo de toda la cadena alimentaria. Cuando los alimentos permanecen en la explotación agraria y se reincorporan al suelo o son compostados in-situ hablamos de pérdidas alimentarias.
La Comisión Europea considera que cada año se desechan más de 1.300 millones de toneladas de alimentos en el mundo, lo que supone 1/3 de la producción mundial. De todo ello, 89 millones de toneladas corresponden a la Unión Europea. Esto implica que cada habitante desperdicia 179 kg, llegando a alcanzar el 42% del despilfarro total en los hogares. De toda la comida sana y comestible, acabamos convirtiendo en residuos entre un 30% y un 50%. De la Unión Europea, España es el séptimo país que más comida desperdicia, después de Reino Unido, Alemania o Francia. El estudio publicado en el año 2013 por la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (HISPACOP) y avalado por el Instituto Nacional de Consumo (INC), advierte que el despilfarro que ocurre en los hogares de media es de 1,3 kg/semana, por lo que en un año se tiran 1,5 millones de toneladas de alimentos aptos para su consumo.
Los niños entienden estas cosas de una forma más didáctica. Por eso, os aconsejamos el vídeo "Super Pepo. Pizza alla Basurini" de Manos Unidas. Se trata de una iniciativa de la organización para concienciar a los más pequeños de los problemas del mundo, a través de Pepo, el protagonista, con el que los niños tendrán que resolver misterios. En este capítulo, Super Pepo se enfrentará a un villano, el Capitán Despilfarro. Seamos conscientes de la realidad, y hagamos conscientes a nuestros hijos. Haz que resuelvan el misterio con Super Pepo, y proponle cambiar hábitos en casa para reducir los números de comida desechada que, tristemente, van subiendo cada año.
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