Carta Pastoral

El efecto ser humano

La Campaña contra el hambre que promueve la organización católica Manos Unidas pone este año su mirada en la de desigualdad climática, dentro de un ciclo de años en los que trata de ahondar en diversos tipos de desigualdad como causa del hambre que padecen tantos ciudadanos de nuestro mundo. Se suma de esta manera Manos Unidas a la sensibilidad ecológica creciente en nuestro mundo y que desde la Iglesia católica está siendo fuertemente impulsada por el papa Francisco con sus documentos Laudato si´ y Laudate Deum.

La ecología está sometida a muchos intereses ideológicos económicos y políticos, por eso hay diversas miradas sobre este asunto de extraordinaria importancia para el futuro de la humanidad.

El efecto ser humano, lema de la campaña de Manos Unidas de este año 2024, nos ayuda a valorar de diversos modos la intervención del ser humano en esta cuestión. Algunos piensan que la responsabilidad de la humanidad es tan decisiva y valoran de tal modo a los animales y a las plantas que solo ven en los hombres una amenaza, hasta el punto de proponer como solución ecológica la reducción de los seres humanos que pueblan el planeta –ODS de salud sexual y reproductiva que se impone políticamente para reducir el número de comensales a la mesa– La mirada católica al efecto ser humano es doble; por una parte es consciente de la herida original que acompaña al corazón humano que aviva su soberbia y su codicia hasta el punto de querer ponerse de tal manera en el centro de la creación que constituye una amenaza para la familia humana y para el hogar que la acoge. Por otra, la mirada católica también ayuda a reconocer la capacidad del ser humano para edificar cuidar y construir. Experimenta la sanación de la herida y sabe así que el efecto ser humano tiene la capacidad de abordar los problemas, transformando los hábitos de consumo, ejerciendo la fraternidad en la solidaridad y cuidando la casa común como el don preciado que el Creador nos ha dado para vivir y desarrollarnos como familia humana.

La campaña ha de ser para nosotros la ocasión de experimentar nuestra cercanía a los hermanos que padecen hambre, también de sensibilizarnos sobre las causas del hambre y promover acciones que ayuden eficazmente a la progresiva solución de este drama tan injusto. La Doctrina Social de la Iglesia ha de ser nuestra referencia principal. Por ello, con ocasión de esta campaña, animo a leer los documentos del papa Francisco antes citados y a situar toda nuestra acción, no en la agenda 2030 de objetivos muy contradictorios, sino en la agenda 2025-2033 que pone a Cristo y a su Reino en el centro de nuestras vidas y de la historia de la humanidad.

En el año jubilar del Corazón de Jesús que vive en nuestra diócesis vallisoletana estamos llamados a manifestar que hemos encontrado el tesoro escondido del amor misericordioso de Jesucristo en una participación activa y continuada a lo largo del año en promover un efecto ser humano que contribuya al respeto de la dignidad de la vida humana en todas sus manifestaciones.

Valladolid, enero 2024

Mons. Luis Javier Argüello García

 Arzobispo de Valladolid

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