En el mes de abril, como parte de nuestra campaña “Luchamos contra la pobreza, ¿te apuntas?”, y con motivo del Día Mundial de la Malaria, nos desplazamos al estado indio de Orissa donde hemos tomado apuntes de cómo Manos Unidas trabaja para reducir la incidencia de esta enfermedad, que cada año se cobra la vida de más de medio millón de personas en el mundo.
Por Marta Carreño
En el mes de abril, como parte de nuestra campaña “Luchamos contra la pobreza, ¿te apuntas?”, y con motivo del Día Mundial de la Malaria, nos desplazamos al estado indio de Orissa, concretamente a la zona de Sundargarh, donde hemos tomado apuntes de cómo Manos Unidas trabaja para reducir la incidencia de esta enfermedad, que cada año se cobra la vida de más de medio millón de personas en el mundo.
A pesar de que África es el continente donde la prevalencia de esta enfermedad es más elevada, hemos querido acercarnos a este estado que concentra el 36 por ciento de los casos de malaria de todo el país asiático y en el que la mortalidad por esta enfermedad es también más alta. En el distrito de Sundargarh, donde se desarrolla el proyecto, más del 50% de la población son tribales y un 9% pertenece a la casta de los intocables: pobres, solos y marginados por costumbres ancestrales que deciden el destino de una persona incluso antes de su nacimiento.
La malaria es uno de los asuntos sanitarios que más preocupa al gobierno de Orissa, dada su alta incidencia entre los niños indígenas que habitan en las comunidades rurales, donde la pobreza y la ineficiencia de los servicios de salud contribuyen a que no disminuya la prevalencia de enfermedades como el paludismo o el sida, además de otras como la tuberculosis, la hepatitis o la lepra.
El hospital de la misión católica de San Nuagaon comenzó a trabajar en Sundargarh en 1952. El centro sanitario es institución de caridad registrada como ONG que atiende a la población más pobre y enferma, sin distinción de casta, credo o religión.
Dada la situación sanitaria de la zona, los responsables del centro hospitalario decidieron emprender una "guerra de visitas a pie de campo", en las que un equipo de médicos y enfermeras visitan 35 centros de salud y 100 colegios y aldeas donde llevan a cabo “campamentos de salud” en los que se hacen chequeos médicos y donde se reciben cursos de prevención de enfermedades como la malaria, control de la propagación del sida o la tuberculosis. Además, 100 trabajadores sanitarios de las aldeas están recibiendo formación en medicina natural.
Manos Unidas ha contribuido al proyecto con la compra de una ambulancia, un equipo informático y un proyector. Además, nos hemos hecho cargo de los salarios de los médicos, enfermeras, de 5 coordinadores y de 5 animadores, los gastos de los cursos y de viaje, los gastos de algunas medicinas, así como algunos gastos administrativos y de las evaluaciones. La contribución local comprende la aportación de los centros donde se realizarán los encuentros y seminarios.