Manos Unidas apoya a estas comunidades también golpeadas por el coronavirus.
En los últimos diez días, las fuertes tormentas tropicales que han atravesado Centroamérica han afectado gravemente a distintas zonas de El Salvador, un país muy perjudicado ya por las consecuencias de la crisis del coronavirus.
Organizaciones como Fundasal y el Movimiento Salvadoreño de Mujeres (MSM), socios locales de Manos Unidas, alertaron el 31 de mayo de los primeros daños causados por la tormenta Amanda. Inmediatamente nos pusimos en marcha para emprender acciones de emergencia y apoyar a las familias más golpeadas.
A la tormenta Amanda se sumaron en días posteriores las lluvias remanentes de la tormenta Cristóbal, causando la muerte de al menos 27 personas y afectando a cerca de 30.000 familias, con más de 300 viviendas destruidas y 1.200 con daños estructurales.
Las fuertes lluvias han dañado muchos cultivos, una consecuencia particularmente grave en un contexto donde las medidas de prevención del coronavirus y la crisis generada han provocado la pérdida de empleos o la imposibilidad de realizar muchas de las actividades económicas de las que dependen las familias.
Muchas familias viven en asentamientos precarios urbanos y rurales que presentan fuertes carencias a causa de la calidad de las viviendas y el lugar donde están ubicadas, en muchos casos a orillas de ríos y quebradas.
Son precisamente las comunidades más vulnerables a nivel social y económico las más afectadas también por las tormentas.
La pérdida de enseres y la inundación de las viviendas provocó desde el primer momento la necesidad generalizada de alimentos y resguardo. Muchas familias han tenido que recurrir a albergues y otras se han visto obligadas a improvisar campamentos con los materiales que han podido rescatar.
Las consecuencias reportadas por las comunidades son muy diversas: deslaves, inundaciones provocadas por ríos desbordados en áreas rurales y urbanas, cárcavas, derrumbes, pérdidas de alimentos y medicamentos, crisis nerviosas, tuberías dañadas, muros colapsados, techos destruidos, árboles caídos, falta de acceso al agua y energía eléctrica, pérdida de plantaciones agrícolas, viviendas dañadas y colapsadas, infraestructuras dañadas y comunidades aisladas.
Manos Unidas interviene de #emergencia para apoyar a comunidades afectadas por las fuertes tormentas tropicales que han impactado en #ElSalvador. #TormentaAmanda #TormentaCristóbal
Las familias se están enfrentando a este desastre con todas sus energías, limpiando y recuperando todo aquello que la fuerza de la lluvia no ha destruido. También se están organizando de manera colectiva para conseguir alimento y hacer frente a la situación, pero están muy debilitados, sin recursos.
Se trata de familias que durante años se han esforzado por construir sus viviendas y buscar formas solidarias de hacer comunidad, y que ahora se enfrentan a la repentina pérdida de lo construido.
Es urgente una ayuda inmediata y, por esta razón, Manos Unidas y sus socios locales están poniendo en marcha una intervención de emergencia para dar respuesta a las necesidades de 780 familias.
La acción se llevará a cabo en cuatro comunidades del municipio de San Pablo Tacachico, en el departamento de la Libertad, y de seis comunidades del municipio de Alegría, en el departamento de Usulután. El proyecto consistirá en la entrega de canastas de víveres y agua potable, el suministro de colchonetas para el albergue de Alegría y para aquellas familias que lo han perdido todo, y rollos de plástico para protección de suelos a causa de deslaves.
Al finalizar las tormentas, la acción de emergencia se entrará en fase de reconstrucción inmediata, lo que incluye reparaciones en las viviendas dañadas o con mayor riesgo, la reparación de las tuberías principales de los sistemas de agua y la construcción de un centro de acopio comunitario para las seis comunidades del municipio de Alegría.