Proyecto de emergencia en el corredor seco de Guatemala.
Ante esta pandemia de COVID-19 tenemos que realizar algunos cambios porque la madre tierra lo necesita. Como pueblos originarios y productores agroecológicos mantenemos un importante equilibro y conexión con la madre tierra. Por eso, protejámosla, estimémosla.
Así se expresan los campesinos indígenas xica que participan en un proyecto de emergencia que Manos Unidas está llevando a cabo, junto a su socio local Fundebase, en el corredor seco de Guatemala, donde conviven 20 comunidades indígenas.
La iniciativa incorpora, además de la distribución de alimentos y productos higiénicos de primera necesidad y preventivos de la COVID-19, el impulso a la soberanía alimentaria, que busca reforzar la producción agroecológica de hortalizas para garantizar alimentos ahora y en las épocas más críticas.
El proyecto está destinado a apoyar a 400 familias (aproximadamente 2.000 personas) que viven en condiciones extremas y que, con el confinamiento, aún se han agravado más por la escasez de alimentos y la dificultad para conseguirlos.
La situación es especialmente crítica en este territorio porque la agricultura que se practica es de subsistencia y el cierre del país impide la movilidad y el acceso a productos de primera necesidad.
Además, las tierras se ven afectadas habitualmente por sequías, agotamiento de fuentes de agua, deforestación y contaminación por sustancias agroquímicas que se aplican a los cultivos.
La inseguridad alimentaria con periodos de carencia de hasta 6 y 8 meses y la desnutrición que alcanza a uno de cada dos niños menores de 5 años, son la muestra de la alta vulnerabilidad alimentaria y nutricional en la que se encuentran.
Es necesario que, campesinos y campesinas, nos unamos y trabajemos la tierra con más responsabilidad para cultivar productos nativos y criollos como lo hacían nuestros antepasados, nuestros abuelos y abuelas que trabajaban la tierra sembrando diversidad de productos, cultivando nuestros productos orgánicos y cuidando de la tierra porque es un bien para todos. Ser agroecológico es asegurar una variedad de alimentos en nuestra parcela para toda la familia ante esta crisis por la COVID-19.
Manos Unidas aporta los fondos para la adquisición y distribución de insumos agrícolas, alimenticios e higiénicos para las 400 familias:
“Ante esta enfermedad la agroecología es la mejor alternativa, ya que nos permite tener en nuestras parcelas una variedad de productos saludables, seguros y libres de químicos. Comer frutas y verduras cultivadas de manera orgánica nutrirá y fortalecerá las defensas de nuestro cuerpo”.
Fundebase lleva trabajando en el corredor seco de Guatemala más de diez años y cuenta con el conocimiento de la realidad y un fuerte respaldo de las comunidades. La experiencia de trabajo de Manos Unidas con la organización ha sido siempre muy positiva.
Se trata de un socio de referencia para Manos Unidas por su compromiso permanente por las personas más olvidadas y excluidas, su organización y capacidad de respuesta y por su relación tan estrecha con el contexto en el que vive.
La agricultura ecológica es un sistema para cultivar una explotación agrícola autónoma basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados (OGMs) -ni para abono ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.
Los principales objetivos de la agricultura ecológica son trabajar con los ecosistemas de forma integrada; mantener y mejorar la fertilidad de los suelos; producir alimentos libres de residuos químicos; utilizar el mayor número de recursos renovables y locales; mantener la diversidad genética del sistema y de su entorno; evitar la contaminación a resulta de las técnicas agrarias; permitir que los agricultores realicen su trabajo de forma saludable.
Los productos agrícolas ecológicos son beneficiosos porque son alimentos naturales, saludables y con todas sus propiedades nutritivas, por su sabor y diversidad, porque son de calidad certificada, de producción sostenible, evitan la contaminación y favorecen la biodiversidad y contribuyen al desarrollo de las zonas rurales.
MÁS Proyectos de emergencia contra el coronavirus en América Latina