Repasamos nuestro trabajo en Filipinas junto a la Cooperación Española.
Manos Unidas trabaja desde 2007 junto a su socio local, ZABIDA, y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), para fortalecer la seguridad humana de las poblaciones más vulnerables de la isla de Mindanao.
Los conflictos violentos que han tenido lugar en Zamboanga y Basilan en los últimos cincuenta años han afectado muy negativamente a la sociedad filipina y han provocado pérdidas de vidas humanas, económicas y sociales y la imposibilidad de acceder a recursos básicos, especialmente por parte de los grupos más vulnerables. A esto se suman los desastres climáticos y las dificultades derivadas de la pandemia de COVID-19.
Ante esta situación, nuestra intervención pone en el centro a indígenas, mujeres, niñas y niños, jóvenes, familias en asentamientos irregulares, campesinos, personas con discapacidad y trabajadores del sector informal, con el objetivo de que estos grupos de población mejoren sus condiciones de vida en un entorno social cohesionado y pacífico.
Para ello ponemos en marcha distintas estrategias para mejorar la convivencia y el acceso a derechos. Se realizan capacitaciones en cultura de paz y gestión de conflictos sin recurrir al uso de la violencia tanto en las comunidades como en los centros educativos. Anualmente participamos en la celebración de la semana de la paz, poniendo énfasis en la importancia de vivir en paz y apostar por la no-violencia. En las comunidades donde convive población cristiana y musulmana, impulsamos la organización de grupos mixtos y actividades de diálogo interreligioso, como la celebración de la ruptura del ramadán o las navidades solidarias.
Creemos que la vivienda es la base de la estabilidad y seguridad de las personas; un espacio donde vivir en paz y con dignidad. En este sentido, una de las actividades más relevantes es la construcción de una comunidad de vivienda social para 70 familias que provienen de asentamientos informales. Con esta comunidad, la quinta que realizamos con el apoyo de la AECID, 765 familias disfrutan ya de una vivienda en un entorno pacífico y saludable donde desarrollar plenamente sus relaciones familiares, vecinales y comunitarias.
Violencia de género: contribuir al fin de todas las violencias
Apoyamos la labor de las mujeres, muchas de ellas voluntarias, encargadas de los despachos de atención a víctimas de violencia de género en sus comunidades. Estas mujeres nos hablan de casos de violencia doméstica, acoso sexual, violación…; hechos que constituyen graves violaciones de los derechos humanos y un obstáculo clave para lograr la igualdad entre mujeres y hombres.
Esta línea de trabajo cubre la parte material (vivienda con suministro eléctrico y agua), social (creación de una asociación comunitaria y capacitación de sus miembros) y económica (acceso a programas públicos o privados de generación de ingresos).
Esta línea de trabajo cubre la parte material (vivienda con suministro eléctrico y agua), social (creación de una asociación comunitaria y capacitación de sus miembros) y económica (acceso a programas públicos o privados de generación de ingresos).
«Kaayuhan» es el nombre de la asociación comunitaria y vecinal que hemos contribuido a crear. Sus miembros participan en la construcción de sus casas, con horas de trabajo y pagos periódicos para dotar un fondo que se reinvertirá en la mejora y mantenimiento de la comunidad.
En nuestro último viaje, la presidenta de la asociación, Jelly Pialla, nos enseñó con orgullo el huerto que han creado en el terreno de la comunidad, antes incluso de comenzar la construcción de viviendas. «Después de los talleres sobre huertos urbanos ecológicos, ahora cultivamos tomates, col china, mostaza y rábano, y lo que vendemos nos servirá para pagar la construcción del centro comunitario», nos contó Jelly.
Todos estos son algunos de los elementos que hacen que la población valore, además de la vivienda en sí, otros aspectos como la recuperación de la dignidad y la autoestima, el empoderamiento y la capacidad organizativa, la convivencia y la resolución de conflictos.
Texto de Jessica Del Olmo. Departamento de Cofinanciación.
Este artículo fue publicado originalmente en el nº 219 de la revista de Manos Unidas.