Tras casi 17 meses de aislamiento, la ayuda podrá llegar al Tigray etíope.
El gobierno de Etiopía ha anunciado una tregua humanitaria indefinida e inmediata para hacer posible la llegada de la ayuda humanitaria a la región del Tigray, devastada por la guerra civil que afecta al país africano y que comenzó el 4 de noviembre de 2020.
Un día después, el 25 de marzo, el Frente Popular de Liberación de Tigray (TPLF) afirmó, en un comunicado, que están "comprometidos a implementar un cese de hostilidades efectivo de inmediato". E instaron a las autoridades etíopes a acelerar la entrega de ayuda de emergencia a la región del norte del país donde se cierne la amenaza de la hambruna.
Desde que estalló la guerra en Etiopía, en el Tigray han muerto miles de personas y cientos de miles más han tenido que huir de sus hogares, empujadas por la violencia, el hambre y el miedo. Además, el conflicto se ha extendido a las regiones vecinas de Amhara y Afar.
A primeros del pasado mes de febrero, en Manos Unidas nos hacíamos eco de una noticia de la agencia Fides en la que, un miembro de la Iglesia católica local clamaba por la apertura de un corredor humanitario, que permitiera llegar la ayuda al Tigray -la región norteña de Etiopía, fronteriza con Eritrea- aislada del resto del mundo desde hace casi 17 meses. Las comunicaciones telefónicas y por Internet están cortadas, lo que hace difícil obtener información sobre lo que ocurre en la región.
Y la ayuda humanitaria ha llegado, hasta ahora, con cuentagotas a una región en la que la población, especialmente a los más necesitados, los enfermos, los ancianos, las mujeres y los niños, está desprovista de todo.
Desde Manos Unidas saludamos con esperanza la llegada de esta tregua y anhelamos que éste sea solo el primer paso para poner fin a una guerra que no ha hecho más que sembrar muerte y destrucción en una población muy castigada ya por el hambre y la pobreza.