Comunicado de la Conferencia Episcopal de Mozambique tras las elecciones.
El pasado 21 de octubre fueron asesinados en Maputo, capital de Mozambique, Elvino Dias y Paulo Guambe, miembros del partido PODEMOS (Partido Optimista para el Desarrollo de Mozambique). Los políticos fueron víctimas de una emboscada en el centro de Maputo, cuando su coche fue bloqueado por dos vehículos de los que salieron hombres armados que acabaron con sus vidas, según recoge la agencia Fides.
Elvino Días era el abogado designado por Venancio Mondlane, líder de PODEMOS. para presentar un recurso ante el Tribunal Constitucional por presuntos fraudes electorales ocurridos en las elecciones del 9 de octubre. Unas elecciones en las que, presumiblemente, el FRELIMO (Frente de Liberación de Mozambique), partido que ostenta el poder desde la independencia del país africano en 1975, habría obtenido el 65% de los votos.
Loa asesinatos dieron pie a una ola de violencia en la que los manifestantes se enfrentaron a la policía, causando graves disturbios.
La Conferencia Episcopal de Mozambique ha publicado un comunicado en el que condenan «el bárbaro asesinato de dos personalidades políticas como un claro recordatorio, con similitudes en el método, de otros asesinatos de personalidades políticas o de la sociedad civil, también vinculadas a partidos de la oposición, que han tenido lugar tras elecciones anteriores».
Los obispos señalan, también, que la Iglesia católica, como institución, es «apartidista, no apoya candidaturas y no tiene partidos», aunque, recuerdan, que no por eso deben renunciar a su compromiso político y social. «Como voz de la Iglesia católica, los Obispos no podemos dejar de denunciar la grave situación que atraviesa el país y la violencia que genera, sumiendo a todos en el caos», aclaran en el comunicado.
Además, los prelados mozambiqueños explican que el hecho de que la mitad de la población inscrita no acudiera a las urnas, parece indicar que lo que parece indicar que «las irregularidades y fraudes registrados en elecciones anteriores demostraron a una gran parte de la población que su voluntad, expresada en las urnas, no se respeta, haciendo inútil el ejercicio de este importante derecho cívico».
«Desgraciadamente, una vez más, se ha producido un flagrante fraude», denuncian los obispos en el comunicado. Y con eso, aseguran, «empujan al pueblo no sólo a demostrar su desconfianza, sino también a cuestionar la legitimidad de los elegidos». Porque, ante estos datos probadamente adulterados, ¿pueden los organismos electorales certificar los resultados?, se preguntan. La respuesta es clara: «Certificar una mentira es un fraude”.
La Conferencia Episcopal de Mozambique se dirige también a los jóvenes, la mayor riqueza de la nación, y les piden que no se dejen manipular y arrastrar a acciones de vandalismo y desestabilización. Y explican que los jóvenes «recurren a actos violentos y comportamientos ilegales, porque sus vidas “se basan en la experiencia de la falta de esperanza en un futuro favorable... la falta de oportunidades para construir una vida. Los jóvenes nacieron en una época de paz, tienen derecho a la paz y quieren la paz. «No podemos permitir que partidos políticos y grupos de poder continúen promoviendo sus influencias nocivas sobre ella, inculcando políticas de desprecio, odio y venganza o demostrando falta de valores de respeto a la verdad y al honor».
Y, tras pedir diálogo y el dese de la violencia y los ataque a la democracia los obispos católicos de Mozambique hacen un llamamiento a todos los implicados en el proceso electoral y en el conflicto que ha generado, «para que hagan del ejercicio del reconocimiento de la culpa y del perdón y del coraje de la verdad, el camino que permita volver a la normalidad de un país que quiere estar vivo y activo y no silenciado por el miedo a la violencia. ¡Mozambique no debe volver a la violencia! ¡Nuestro país merece la verdad, la paz, la tranquilidad y la tolerancia!»
Recemos por la paz, seamos artífices de la justicia y testigos de la verdad, concluyen.
Manos Unida asiste con preocupación a esta escalada de la violencia en Mozambique, donde lleva 37 años trabajando en favor de la paz, la justicia y el desarrollo. En los últimos 3 años (22,23,24) se han invertido aprox 3.000.000 EUR en 54 proyectos.