Tras dos años y medio de trabajo en la baja Casamance (Senegal), ha llegado a su fin el proyecto que Manos Unidas venía ejecutando con apoyo financiero de la Unión Europea. Más de 700 mujeres de 27 comunidades rurales pobres se han formado para producir, transformar, consumir en sus hogares y vender en los mercados locales más de 17 variedades de hortalizas.
Tras dos años y medio de trabajo en la baja Casamance (Senegal), ha llegado a su fin el proyecto que Manos Unidas ha venido ejecutando con apoyo financiero de la Unión Europea. Más de 700 mujeres de 27 comunidades rurales pobres de la comuna de Sindián, en la frontera con Gambia, se han formado para producir, transformar, consumir en sus hogares y vender en los mercados locales más de 17 variedades de hortalizas.
A día de hoy, la seguridad alimentaria de las familias está garantizada, la nutrición ha mejorado con nuevas recetas muy apetecibles para las familias y gracias al incremento de ingresos obtenidos por la venta de las hortalizas, las mujeres son más independientes de los esposos, lo que facilita que exista una mayor igualdad en los roles de género en la familia y que la participación de las mujeres está mejor valorada en los espacios de decisión comunales. Además, las buenas perspectivas económicas de esta actividad hortícola, innovadora para las mujeres, ha permitido una fuerte disminución de la emigración a Dakar y a Gambia, que se daba como consecuencia de las difíciles condiciones de vida.
A continuación puedes ver un vídeo resumen de este proyecto y, si quieres saber más, pulsa aquí para ampliar la información.