Los niños aquí no suelen acabar la educación primaria

Eugenio Sanz es misionero marista y trabaja desde hace diez años en Bangladesh. Allí es el responsable de un proyecto que, con la financiación de Manos Unidas, logrará un internado para que 80 jóvenes puedan acceder a educación de calidad, en una zona de plantaciones de té donde la vida es durísima y donde hace más de 150 años que nadie llega a estudios superiores. Lo ha contado en el programa "Salimos por el mundo" de RNE-Radio Exterior de España.

Eugenio Sanz con algunos de los niños de Gyasnogor en Bangladesh
Eugenio Sanz
Misionero marista. Trabaja desde hace diez años en Bangladesh
Área: 

Recoger hoja de té para acceder a la educación

El hermano marista Eugenio Sanz, nacido en Talavera de la Reina cumplirá este año 60 años. Ha vivido cinco años en la República Democrática del Congo y diez en Ruanda y, este año cumplirá su décimo año de entrega misionera en Bangladesh, un país que ocupa el puesto 142 en el IDH (Índice de Desarrollo Humano) , el cuarto país más pobre de Asia, uno de los más poblados y  con más desigualdad del planeta.

Allí Manos Unidas está ayudando a construir, con una financiación de 78.187 euros, un “Internado para chicas” que se localiza en la aldea de Giasnogor, cerca de Moulovibazar, al Noreste del país. Una zona con grandes extensiones de campos de té, y donde las condiciones en las que viven los trabajadores son durísimas, conjornadas de trabajo de 10 horas diarias en las que recogen hojas de té una a una y por las que reciben 0,50 euros por cada 23 Kg  Y si no alcanzan ese peso, no cobran.

Allí la población viven en chozas míseras donde se hacinan todos los miembros de la familia junto con animales domésticos.

Y aunque hay escuelas primarias diseminadas por las plantaciones, éstas no ofrecen educación de calidad ya que allí se reúne a todos los niños de distintos niveles, sin pupitres, ni libros, sin casi nada.

Los niños no suelen acabar la educación primaria, no tienen apenas recursos y viven muy alejados de esas escuelas. Además, la mayoría son tribales y no usan el Bangla como idioma, por lo que no pueden acceder a la educación.

Tan grave es la situación, que en los últimos 150 años, en estas plantaciones ni un solo miembro de las familias de trabajadores ha realizado estudios superiores.

Con el edificio que se está construyendo y que tendrá dos plantas (que podrían llegar hasta cuatro en el futuro), se alojará a 80 niñas.

Eugenio Sanz ha contado en el programa “Salimos por el Mundo” de RNE-Radio Exterior la realidad de la población más pobre de Bangladesh, con la que convive y a la que acompaña en su camino hacia la dignidad y el desarrollo.

Escucha la entrevista completa aquí.

Galería de imágenes: 
Eugenio Sanz con algunos de los niños de Gyasnogor en Bangladesh
Recogida de la hoja de té
Recogida de la hoja de té
Eugenio Sanz con algunos de los niños de Gyasnogor en Bangladesh
Eugenio Sanz con algunos de los niños de Gyasnogor en Bangladesh
Eugenio Sanz con algunos de los niños de Gyasnogor en Bangladesh

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