Manos Unidas apoya el proyecto de Caritas de San Pedro Sula de lucha contra la violencia de género. Un programa más que necesario, dado el creciente índice de violencia contra las mujeres en la zona. El programa lleva adelante intervenciones tendentes a luchar contra la violencia de género, entendida como violencia física, sexual y psicológica y ayuda a más de 12.000 mujeres.
Nuestra mirada a la igualdad se dirige a Honduras, a la ciudad de San Pedro Sula, caracterizada por ser una de las localidades más violentas del mundo. Y, en nuestro objetivo de denunciar las injusticias, ponemos el foco en una de las manifestaciones de desigualdad más degradantes: la violencia contra la mujer.
La Organización de las Naciones Unidas lo acaba de advertir en la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW57) que recientemente tuvo lugar en Nueva York: se estima que en el mundo siete de cada diez mujeres sufrirán golpes, violaciones, abusos o mutilaciones a lo largo de sus vidas. En la mayoría de los casos, dicha violencia se produce a manos de compañeros sentimentales.
Esta historia es ficticia pero podría ser la historia de vida de cualquier mujer de Honduras que recibe el apoyo del equipo de Cáritas San Pedro Sula.
¡Inútil! Cada vez que escuchaba esa palabra, se echaba a temblar. Tras ella venían los golpes. Porrazos más o menos certeros, en función de lo que hubiera tomado su marido en la pequeña cantina del pueblo. Hace muchos años, demasiados, que ese hombre pronunció la palabra por primera vez. Muchos años y varios hijos. Toda una vida… ¡Inútil! Todos los días, a todas horas: a la vuelta del mercado, a la hora de la cena, tras regresar de la iglesia los domingos… Si los niños hablaban y si no lo hacían. Si estudiaban o faltaban al colegio. Siempre había un motivo para levantarle la mano. Durante años sus amigas le han aconsejado que no aguante más, que se vaya de allí. Por su bien y por el de sus hijos. “Hay muchas asociaciones que te pueden ayudar. Y en Honduras las leyes castigan a los hombres que hacen daño a las mujeres”. Pero a María le asustaba no saber dónde ir. ¿Qué iba a ser de ella y de su familia? Todo cambió aquel día mientras recorría el camino de vuelta a casa desde el mercado. Escuchó de nuevo la palabra: ¡Inútil! Y asustada volvió la cabeza, pero allí no había nadie. Tras el insulto llegaron los gritos. Reconoció la voz de su hija Isabel y corrió con todas sus fuerzas. En el patio de la casa yacía encogida la mayor de sus hijas. El hombre la amenazaba con la mano abierta. Aquella fue la última vez que lo hizo. Nunca ha vuelto a saber de él.
El equipo de Cáritas San Pedro Sula le ha ayudado mucho. Tiene su propio negocio de tortitas de maíz, que regenta con su hija Isabel. Los pequeños estudian. Hace poco oyó de nuevo la palabra prohibida. La pronunció entre risas su hija mayor, mientras separaba, para dedicarla al consumo familiar, una tortita de apariencia poco estética: ¡Inútil!
En el año 2010, Honduras ocupó el tercer lugar en muerte violenta de mujeres en la región centroamericana. Caritas de San Pedro Sula es el organismo para la acción social de la diócesis del mismo nombre. En varias ocasiones, y dado el creciente índice de violencia contra las mujeres de la zona, han solicitado apoyo a Manos Unidas para llevar adelante intervenciones tendentes a luchar contra la violencia de género, entendida como violencia física, sexual y psicológica (humillaciones, desvalorizaciones, insultos, amenazas.), que se produce en la familia, incluido el abuso sexual de las niñas en el hogar y otros actos de violencia. Con ello se quiere favorecer las relaciones de igualdad entre hombres y mujeres.
Para ello, se está trabajando en cinco campos clave:
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