Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.
El proyecto busca mejorar la calidad de vida de los migrantes en el entorno de la ciudad de Nador, para evitar el recrudecimiento de los traumas físicos y psicológicos que padecen y el agravamiento de la situación de violencia de género y trata que sufren las mujeres en su ruta migratoria. La acción responde y se alinea con la Declaración Universal de Derechos Humanos, las recomendaciones de la Iglesia acerca del Pacto Mundial para las Migraciones (Asamblea Plenaria de Naciones Unidas, 1 octubre 2018) y con la estrategia de país de Manos Unidas de asistir, formar e informar sobre los derechos a los migrantes.
Este proyecto, ubicado en los campamentos de migrantes asentados en los montes aledaños de la ciudad de Nador -ciudad del noreste de Marruecos fronteriza con Melilla-, tiene como fin garantizar un mínimo de dignidad a los emigrantes subsaharianos que esperan pasar la frontera o cruzar el mar de Alborán para llegar a Europa. El entorno de Nador es un punto estratégico para la población migrante. En el 2º trimestre de 2018, se contabilizaron 55 campamentos con una población total de entre 2.500 y 3.000 personas.
Existe un flujo continuo de personas con incorporaciones y abandonos en busca del paso a España. En su mayoría son jóvenes de entre 20-30 años, procedentes de países del África subsahariana como Guinea Conakry, Costa de Marfil, Mali y Camerún. Suele haber una minoría de mujeres (en torno al 11-12%) y de niños y menores no acompañados, siendo estos grupos los más vulnerables dada su debilidad y desprotección, lo que los hace blanco de la explotación por parte de redes de trata de personas.
En los campamentos, viven en condiciones muy precarias (rigores climáticos, tiendas a la intemperie, falta de agua potable, ausencia de infraestructuras higiénicas y sanitarias, escasa alimentación) y su invisibilidad legal les deja desprotegidos desde el punto de vista del ejercicio de su derecho de acceder a los servicios de salud, educación, incluso a la identidad si son bebés nacidos en tránsito, ya que las autoridades los ignoran. Sufren también la violencia de las fuerzas de orden público que les impiden deambular por las poblaciones y los hostigan a veces en sus refugios. A su difícil situación en el país de tránsito, se aúnan las situaciones de violencia y abusos a los que se han expuesto en su ruta migratoria desde sus países de origen, en especial niños y mujeres, que derivan en trastornos físicos y psíquicos. Por otro lado, al carecer de posibilidades de acceso a trabajos legales remunerados en Marruecos, muchos encuentran en la delincuencia, tráfico ilegal, mendicidad o prostitución su medio de vida.
El socio local -la Delegación Diocesana de Migraciones de Nador, DDM- solicita apoyo a Manos Unidas para:
El 11% restante lo sostendrá la DDM de Nador apoyada por la Diócesis de Tánger.
La puesta en marcha de esta intervención contribuirá a mejorar las condiciones de vida de las personas migrantes en situación muy precaria, y a dotarles de información, medios y formación para reclamar sus derechos y facilitarles su inserción en los países de tránsito y acogida. Beneficiarios directos e indirectos: 2.500, de los que 275 son mujeres y 2.225 hombres. Duración 12 meses.
Para que Manos Unidas pueda llevar a cabo proyectos como este.