60 años en Campaña contra el hambre

Manos Unidas nació como “campaña” (1959) antes que como Institución (1960).  Y partió de un análisis crítico, una denuncia y una propuesta de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) que, reunidas en el Congreso Mundial de Roma en 1956, en la sede de la FAO, “declararon la guerra al hambre”. Hoy, en la celebración del 60 aniversario de nuestra institución, podemos vislumbrar la importancia que tuvieron aquellos inicios y la fuerza de su causa hasta nuestros días.

 

Manos Unidas. Carteles

 

El Manifiesto de 1955 es un documento audaz y clarividente, que en su brevedad contiene elementos clave del trabajo de Manos Unidas y de la Educación para el Desarrollo (ED) hasta el día de hoy: Se rebela contra el problema del hambre como injusticia, analiza alternativas y propuestas para solucionarlo, concede enorme importancia al papel de los gobiernos y las instituciones internacionales, así como a la colaboración de la sociedad civil; plantea que junto con la acción política, es imprescindible una estrategia de sensibilización ante la sociedad y los medios de comunicación, y la labor que en este proceso de educación pueden hacer treinta y seis millones de mujeres que forman la organización; apunta a los estudios y la investigación para fundamentar sus propuestas, anima al trabajo en red con cualquier otra organización que luche por los mismo fines, e incluso, plantea un reflexión sobre el modelo de desarrollo en el que vivimos, sugiriendo la transición de una economía de la pura ganancia “hacia una economía de las necesidades”, un uso racional de los recursos alimenticios y una invitación a las sociedades más favorecidas “a vivir más sobriamente”. Finalmente, reconoce el papel clave de la mujer en la lucha contra el hambre.

Con este trasfondo conceptual, es fácil entender por qué las campañas de Manos Unidas, que ciertamente han ido evolucionando con el tiempo, nunca han tenido un fin exclusivamente recaudatorio, y sí han sido pioneras en el enfoque de sensibilización hacia la sociedad. Desde la primera campaña de la Institución, diseñada en 1959 y ejecutada en 1960, la recaudación de fondos (3.000 Euros en esta primera) ha incorporado un elemento de crítica y denuncia sobre la situación del hambre en el mundo, y una demanda de solidaridad a partir de la práctica del “ayuno voluntario”, gesto que se mantiene en la actualidad, y que pretende hacer sentir en carne propia, aunque sea de manera puntual y aproximada, lo que significa pasar hambre. La solidaridad así, para Manos Unidas, nace de la capacidad humana de hacer propio el sufrimiento ajeno, y de estrechar las manos para superar juntos una situación que afecta a más de 800 millones de personas, y que atenta contra la dignidad humana de cada uno de los individuos que la padecen.

El éxito de la primera campaña fue sorprendente, y el descubrir su potencial de sensibilización y su capacidad estratégica de lucha contra el hambre, hizo que a finales de ese mismo año (1960) se consolidará el Comité Católico de la Campaña contra el Hambre, cuyo principal cometido sería luchar contra el hambre y la pobreza, y su principal instrumento la campaña contra el hambre. No es de extrañar pues que hasta el día de hoy el nombre oficial de la organización sea “Manos Unidas. Campaña contra el hambre”.

Y ciertamente, las campañas han sido el hilo conductor del trabajo de ED (Educación para el Desarrollo) realizado por Manos Unidas a lo largo de 60 años. Y es precisamente este carácter histórico y vertebrador de las campañas anuales el que nos permite vislumbrar la evolución de Manos Unidas a lo largo de sesenta campañas, respecto a su comprensión y prácticas de ED en cada momento.

 

60 años de carteles Manos Unidas Campaña contra el hambre

 

  • Así, sus primeros carteles (años ’60) anuncian la campaña “contra el hambre” sin ningún mensaje crítico explícito, y comparten las imágenes y los mensajes propios de la época, en los que se sugiere que la solución debe venir del Norte, y en donde las personas del Sur aparecen como sujetos pasivos e impotentes, dependientes de la generosidad de los donantes ricos del Norte. (ver carteles de las campañas 4, 6 y 9 de la primera fila). Pero una visión histórica más profunda de la Institución permite comprobar, a través de los boletines informativos que ya en esa época se editaban para la sociedad, que las campañas de la organización, desde el inicio, contienen un fuerte sentido crítico y de denuncia, en línea con el Manifiesto de la UMOFC que dio origen a Manos Unidas, y con las reflexiones eclesiales que en aquellos años de renovación, invitaban a los creyentes a un compromiso más claro y decidido por la justicia en el mundo y en la lucha contra la pobreza.

  • En los años ’70 Manos Unidas anima a “compartir” (partir-con) como solución, en una relación más horizontal entre norte y sur (ver carteles de las campañas 14 y 20). Anima especialmente a colaborar con quienes quieren “ayudarse a sí mismos”, adquiriendo cada vez más relevancia su apoyo a través de proyectos de desarrollo. En la campaña 20 aparece por primera vez el nombre “Manos Unidas” vinculado a la campaña.

  • En los carteles de los años ’80 (tercera fila) Manos Unidas se suma a una visión crítica sobre el desarrollo y se une a la demanda por “un nuevo orden internacional” (campañas 21 y 22). Las imágenes de los carteles muestran ahora el problema del hambre como consecuencia de un mundo dividido e injusto (campaña 25) se subraya la solidaridad como solución (campaña 22) y el desarrollo como liberación (campaña 25) así como la corresponsabilidad de todos para atajar el problema (campañas 23, 24, 27).

  • En los años ’90 (cuarta fila) con la ampliación del concepto de desarrollo (se incorpora el Índice de Desarrollo Humano como un indicador más amplio para medir la pobreza y se comienza a hablar de desarrollo humano y del enfoque de derechos) se toma conciencia de que la pobreza y el hambre son problemas mundiales, en los que todos estamos involucrados, de una u otra manera. Es así como nos encontramos en ésta década con lemas tan asertivos e inquietantes como “Ser justo es comprometerse” (campaña 32) “Un mundo injusto te desafía” (campaña 34) “Tu indiferencia te hace cómplice” (campaña 35). O, el hasta el día de hoy recordado, “Cambia tu vida para cambiar el mundo” (campaña 38). Para luchar contra el hambre hay que vivir de manera justa y solidaria. Y esa es responsabilidad de todos y de cada uno.

  • La década del 2000 (quinta fila) centra las campañas de Manos Unidas en temáticas relacionadas con la globalización y sus efectos sociales.
    Así, se dedican tres años a trabajar sobre la paz y su relación con la justicia y con el desarrollo (campañas 42 a 44) y otros tres a la globalización en sí misma (campañas 45 a 47) como el nuevo escenario en el que luchar contra el hambre, sabiendo que “El futuro del mundo es compromiso de todos” (campaña 45) y que, si trabajamos juntos, “Otro mundo es posible” de verdad (campaña 47).

  • A partir del año 2007, Manos Unidas decidió sumarse con sus campañas al empeño de la comunidad internacional para luchar contra la pobreza y el hambre, a través de los 8 Objetivos de Desarrollo del Milenio. Así, se abordan sucesivamente los temas del acceso a la educación básica (campaña 48) la salud materna (49) la erradicación del hambre (campaña del 50 aniversario) el cuidado del medio ambiente (51) la mortalidad infantil (52) la salud (53) la equidad de género (54) y la alianza mundial por el desarrollo (55).

  • Siguiendo dentro de la última década (sexta fila) y una vez terminado el tiempo de trabajo sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio, Manos Unidas se sumó, al calor de la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco, a los importantes eventos que tuvieron lugar en el 2015, con el inicio de la nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo de París sobre cambio climático. Lo hizo en su campaña 56 con un mensaje breve e interpelador: “Luchamos contra la pobreza ¿Te apuntas?”. Las últimas campañas (campañas 57 a 59) Manos Unidas ha vuelto a sus orígenes, abordando en una campaña trienal el gran problema del hambre en el mundo, y nuestro papel para erradicarla, mostrando los vínculos entre el hambre y la pobreza, el cuidado del medio ambiente y nuestros hábitos de producción y consumo de alimentos.

Y así llegamos a nuestra campaña número 60 en 2019, que inaugura un nuevo trienio, centrado en la importancia de velar por los derechos de las personas más vulnerables desde el papel de instituciones como Manos Unidas, cuya misión es seguir trabajando por la dignidad de las personas “promoviendo los derechos con hechos”.

Porque 60 años después seguimos siendo necesarios

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