El poder del trabajo pequeño en Kanzenze, RDC

El poder del trabajo pequeño en Kanzenze, RDC. Foto: Manos Unidas/Mamen Lucas

País: República Democrática del Congo

Sector: Educación y salud.

Duración: 2015-2019

Importe total: 772.521,00

Beneficiarios indirectos: 90.000

Kanzenze, a 56 kilómetros de Kolwezi, al sur del país, pertenece a la provincia de Lualaba y ostenta un triste título: el de la mayor tasa de analfabetismo de la RDC, llegando a un 90% en lo que a las niñas se refiere.

En la República Democrática del Congo (RDC) y tras la caída del Presidente Mobutu en 1997, se produjeron distintas invasiones y guerras fratricidas. La población vio empeoradas día a día las condiciones de vida en este país rico en recursos naturales (agua y sol, madera, minerales, petróleo y coltán). Sin embargo, estos recursos se ven amenazados por los países vecinos y por la corrupción imperante del estado.

En cuanto a los servicios sanitarios del país, existe un sistema que cubre la totalidad del territorio nacional pero cuya eficacia y productividad son muy deficitarias debido a la poca inversión en este campo (solo 3.5% del PIB según la OMS) y la falta de disponibilidad y calidad de los servicios de atención médica. Aunque el sistema de salud en teoría garantiza atención sanitaria gratuita en situaciones de emergencia, la población sigue teniendo que pagar.

La provincia de Lualaba (antes Katanga) es esencialmente minera, hecho que ha favorecido que se priorice el trabajo en las minas frente a la educación como medio de obtención de ingresos rápidos. Esta situación ha fomentado el absentismo escolar y la degradación del sistema educativo y las oportunidades de desarrollo de los jóvenes. 

Kanzenze, a 56 kilómetros de Kolwezi, al sur del país, pertenece a la provincia de Lualaba y ostenta un triste título: el de la mayor tasa de analfabetismo de la RDC, llegando a un 90% en lo que a las niñas se refiere.

La educación de las niñas sigue constituyendo una de las necesidades básicas para potenciar el desarrollo general de la zona y del país.  Se ven expuestas a situaciones de violencia física y a matrimonios precoces y es frecuente el absentismo escolar por tener que dedicarse a tareas domésticas y a buscar medios de subsistencia para la familia.  

Religiosas de la Pureza de María Santísima, supliendo la labor que no hace el Estado

En la Misión Católica de Kanzenze, las estructuras educativas y sanitarias, objeto de los proyectos sostenidos por Manos Unidas, existen desde la época de la colonización. A partir de su nacionalización por parte del gobierno del Presidente Mobutu y su posterior restitución a la diócesis, se produce un abandono de los centros a todos los niveles.

Esta situación comienza a revertir a partir del año 2013 con la llegada de la congregación de las Religiosas de la Pureza de María Santísima, designadas por el obispo para su gestión, ya que el Estado carece de medios para poder organizar tanto el sistema sanitario como el educativo y aprovecha las infraestructuras de las congregaciones religiosas, como en este caso.

Las Hermanas regentan el hospital general, la escuela de educación Infantil y Primaria  MIKUBA, con su internado, y el instituto de educación Secundaria UZIMA, con su internado.  

Desarrollo humano garantizado

Manos Unidas trabaja con ellas desde 1984 con eficacia y a lo largo de estos años ha puesto en marcha las siguientes iniciativas para mejorar el desarrollo humano de la zona:

  • mejora de las infraestructuras en la escuela de Primaria, del instituto de Secundaria e del internado (con aulas, equipamientos, electrificación, informática y huerto escolar).
  • refuerzo de los servicios sanitarios –maternidad y pediatría-.
  • acceso sostenible al agua potable.
  • formaciones en higiene, uso sostenible del agua y educación en valores.

Los resultados han sido:

  • un entorno educativo mejorado que favorece la motivación de los alumnos por el aprendizaje y el sentimiento de pertenencia a la escuela.
  • higiene y salud de la población aseguradas a través del acceso al agua potable sostenible.
  • salud materno-infantil potenciada. 

  Y los cambios de vida producidos son:

  • disminución del absentismo y abandono escolar, consolidación de la formación en técnicas informáticas y de su uso: jóvenes más preparados y capacitados para su inserción en la vida laboral.
  • acceso al agua durante todo el año: disminución de enfermedades de origen hídrico.
  • descenso de mortalidad infantil en un 60% y partos seguros. 

Un 50% de la población, del que al menos un 60% son mujeres han visto transformadas sus vidas directamente. Y no solo ellos, sino los más de 8.000 habitantes de la misión y la población de los pueblos de los alrededores, casi 90.000 personas.

Galería de imágenes: 
El poder del trabajo pequeño en Kanzenze, RDC. Foto: Manos Unidas/Mamen Lucas
El poder del trabajo pequeño en Kanzenze, RDC. Foto: Manos Unidas/Mamen Lucas

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