Ignacio Ussia
En el año 2000 se inició el auge de la cofinanciación pública con su manera específica de gestionar los proyectos de cooperación internacional. Ante este reto, Manos Unidas no se arredró sino todo lo contrario, se puso manos a la obra y apoyó a un equipo que, a base de esfuerzo, trabajo y formación, alcanzó el más alto nivel para presentarse, con notable éxito, a las muy diversas convocatorias públicas del gobierno central, comunidades autónomas y ayuntamientos.
Posteriormente, a las ya de por sí normas muy exigentes, se fue introduciendo la necesidad de aportar nuevas herramientas como planes estratégicos, líneas de base, auditorías etc. Con todo ello cumplió Manos Unidas y su excelente labor fue reconocida en muchas ocasiones por los organismos públicos.
Esta mejora de los instrumentos de trabajo, no se circunscribió al departamento de cofinanciación, sino que los sucesivos responsables del área de proyectos impulsaron su aplicación en todos los departamentos de los diversos continentes, incorporando además numerosísimos protocolos y sistemas específicos para los proyectos financiados por Manos Unidas.
Gracias a este proceso, podemos asegurar que Manos Unidas dispone en estos momentos de los procedimientos más actualizados y adecuados para garantizar la correcta gestión de un proyecto en sus distintas fases: formulación, seguimiento y control.
Todo este largo proceso de mejora, redunda, por un lado, en una mayor calidad de nuestro trabajo a favor de los más necesitados y por otro garantiza la correcta gestión de los fondos que nos hacen llegar nuestros colaboradores.