El lunes 2 de noviembre, a causa del contexto al que nos enfrentamos, se realizó la primera conferencia telemáica del ciclo Els dilluns dels Drets Humans. Liderada por la delegación de BCN de Mans Unides, la charla versaba sobre el impacto de la COVID-19 en la vida de niños y adolescentes, principalmente en términos de pobreza, desigualdades educativas y ocio bajo el título: COVID-19 Hem confinat els drets de la infància?
Escuchamos las opiniones de Laia Pineda, directora de l’Institut Infància i Adolescència de Barcelona; Araceli Lázaro, fundadora del Col·legi d’Educadores i Educadors Socials de Catalunya y de Jaume Funes, psicólogo, educador y periodista, en calidad de moderador. Y se debatió sobre el adultocentrismo de la gestión de los derechos de la infancia en el contexto de la COVID-19.
Gracias a este espacio, pudimos recordar que los derechos de la infancia son necesarios y legítimos en cualquier parte del mundo y en todas las sociedades, ya que involucra el reconocimiento por la justicia social e igualdad de oportunidades de las y los infantes. Es por este motivo que cada nivel administrativo del gobierno se encuentra en la responsabilidad de atender a las y los infantes de cada barrio, ciudad, comunidad y del país.
Asimismo, es importante comprender que cada uno de aquellos se enfrentan a diversos entornos por lo que debemos ser conscientes de las dificultades y carencias a fin de no solo atenderlas sino también reconocer las faltas ante las cuales las y los infantes se desenvuelven. En este sentido, el derecho a una vida digna debe ser prioridad en la toma de decisiones de cada Estado. Dentro de esta, el juego libreo es una necesidad al que cada infante debe tener acceso ya que son espacios de libertad en los cuales ellas y ellos pueden desenvolverse y expandir su creatividad.
Es importante dejar a la reflexión que la mayoría de las medidas tomadas han sido alrededor de la preocupación sanitaria que se vive hoy en día, pero focalizándolo en el adulto, es su trabajo y sus actividades sociales; sin embargo, se ha dejado atrás la protección de los derechos del infante y, más aún, desestimar el impacto de este contexto en sus intereses actuales y futuros. Tal es el caso de los colegios, pues se ha asumido que cada infante cuenta con un ambiente ideal para el estudio o materiales especializados para todas sus materias. Se han olvidado, pues, de escuchar realmente lo que necesita el infante y esto se debe a la carencia de canales -o la apertura de esto- entre los defensores del niño y niña y el gobierno.
En este sentido, el impacto en la pobreza infantil es un tema urgente en la agenda, ya que la crisis de la COVID-19 y las acciones a tomar para frenarla, han olvidado a aquellos infantes en situación de vulnerabilidad, aquellos que desde antes requerían atención, apoyo y respeto por sus derechos.
Si te lo perdiste, puedes disfrutar aquí de la charla completa.