Voz del Pastor

Carta Pastoral

                                                                          Queridos diocesanos:

                                                     MANOS UNIDAS CONTRA LA INDIFERENCIA

 

           El sufrimiento generado por la pandemia desde hace casi dos años ha afectado a la vida y a la salud de muchos españoles y ha provocado una crisis económica y social de enorme calado. Poco a poco vamos superando la crisis sanitaria, aunque son muchas las cicatrices que nos deja. Es cierto que en las sociedades occidentales se comienza a vislumbrar el final de túnel. Pero es importante seguir mirando a los hermanos más desfavorecidos de otros países en los que el drama de la pandemia sigue vigente.

           Ese es el empeño de Manos Unidas con su Campaña contra el Hambre de este año. El lema de la misma nos interpela con fuerza: ‘Nuestra indiferencia los condena al olvido’. Es importante evitar que caiga el manto de la indiferencia sobre tantos países en los que viven muchos hermanos nuestros empobrecidos y hambrientos. No debemos darles la espalda en estos momentos. Nos lo recordaba el papa Francisco: “La omisión es también el mayor pecado contra los pobres. Aquí adopta un nombre preciso: indiferencia. Es decir: «No es algo que me concierne, no es mi problema, es culpa de la sociedad». Es mirar a otro lado cuando el hermano pasa necesidad, es cambiar de canal cuando una cuestión seria nos molesta, es también indignarse ante el mal, pero no hacer nada. Dios, sin embargo, no nos preguntará si nos hemos indignado con razón, sino si hicimos el bien”. (Francisco, Homilía en la Jornada Mundial de los pobres, 19-11-2017). 

          Manos Unidas, desde sus 63 años de experiencia, nos ofrece un camino solvente en el terreno de la cooperación al desarrollo que nos lleve a vencer la tentación de la indiferencia. Su política de austeridad es una magnífica tarjeta de presentación, dedicando menos del 10% de sus ingresos a gastos de administración y estructurales; ello gracias al trabajo de tantos voluntarios, cooperadores y benefactores que siguen hoy en día la estela de aquellas mujeres de Acción Católica que, en su momento, le declararon la guerra al hambre en el mundo.

          La gran familia de Manos Unidas, con su alto nivel de compromiso, consigue desarrollar las dos líneas de trabajo preferentes de la asociación: la financiación de proyectos de desarrollo en los países del Sur y la sensibilización de la población en España. En efecto, profundiza en la primera línea con la ejecución de múltiples proyectos, consiguiendo que los recursos lleguen de manera efectiva a sus destinatarios.  Y, a su vez, nos ayuda en nuestras diócesis y parroquias españolas a concienciar a nuestra gente y a toda la sociedad, sobre el problema del hambre y la marginación en los países del Sur y nos motiva para que no nos quedemos indiferentes ante ello.   

          Muchas gracias a nuestra delegada y a todo su equipo en la diócesis de Zaragoza. Me consta su trabajo, ilusión y generosidad en este imprescindible servicio que desarrollan. Y muchas gracias a todos los colaboráis económicamente y de otros modos, a conseguir que los proyectos de Manos Unidas que se nos encomiendan salgan adelante. 

        

Con mi afecto y bendición,

 + Carlos Escribano Subías

     Arzobispo de Zaragoza

 

 

 

 

Galería de vídeos: 
Mensaje para la Campaña 2022 del Obispo Consiliario de Manos Unidas
Mensaje para la Campaña 2022 del Obispo Consiliario de Manos Unidas

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