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LA DESIGUALDAD QUE ALIMENTA EL HAMBRE
La tarea de sensibilización que nos planteamos para la Campaña 2022, aunque la pandemia no se ha superado todavía en las sociedades occidentales, es evitar que el muro de La indiferencia y desigualdad condenen al olvido a más de mil millones de personas empobrecidas y hambrientas ante las que nunca debemos volver la espalda. No podemos permanecer impasibles ante las condiciones de vida mujeres marginadas, niños, ancianos, personas con discapacidad, minorías étnicas… que representan a los “desheredados” de la Tierra. Cuando hablamos de dignidad humana queremos decir que cada persona tiene un valor en sí. No puede ser utilizado como medio. Las condiciones de su existencia no pueden ser violadas.
Sabemos que para transformar este mundo desigual tenemos que, además de cambiar nuestro pensamiento y nuestros estilos vida, tenernos que cambiar nuestra mirada sobre la pobreza. Descubrir los mecanismos estructurales que generan una desigualdad cada vez mayor
“Hay reglas económicas que resultaron eficaces para el crecimiento, pero no para el desarrollo humano integral. Aumentó la riqueza, pero con inequidad, y así lo que ocurre es que «nacen nuevas pobrezas». Art. 21 Fratelli Tutti
Hacemos nuestros los principios de la Doctrina Social de la Iglesia que nos invita a reflexionar: “La solidaridad no es un sentimentalismo puntual a causa de alguna tragedia, sino la determinación firme y perseverante, que obliga a quien se compadece a eliminar los obstáculos que impiden al otro una vida digna”.
Un afectuoso saludo,
Pilar Cervigón
Presidenta-Delegada