Abogamos a favor de que «la riqueza mundial» se ponga al servicio de la humanidad.
Desde Manos Unidas hemos presentado nuestra nueva campaña (número 66) que, con el lema «Compartir es nuestra mayor riqueza», quiere poner en evidencia que la desigualdad, manifestada en la falta de oportunidades para los más vulnerables, sigue aumentando en un contexto de crecimiento económico.
«Nuestro mundo se hace cada vez más desigual y esa prosperidad que medimos con parámetros que van más allá de lo meramente económico, no se distribuye de manera justa ni equitativa. Según el último informe de Crédit Suisse, solo el 1 % de la población mundial concentra más de la mitad de la riqueza global. Y mientras tanto, alrededor de 733 millones de personas viven en situación de hambre, y más de 1.200 millones luchan a diario para sobrevivir por debajo del umbral de la pobreza», ha explicado Cecilia Pilar Gracia, presidenta de Manos Unidas.
En la rueda de prensa celebrada esta mañana en la Fundación Ortega- Marañón, Cecilia Pilar se ha referido a los 160 millones de menores que se ven atrapados en las redes de trabajo infantil y a los 250 millones que no van a la escuela, lo que marcará para siempre sus vidas. Ha hecho referencia también a los 2.000 millones de personas que no tienen acceso al agua potable. Y de los 2.000 millones que sufren pobreza multidimensional. «O ese dato demoledor que asegura que 36 millones de niños sufren desnutrición aguda, lo que condicionaría su vida para siempre», denuncia la presidenta de Manos Unidas.
En un coloquio posterior a la intervención de Cecilia Pilar, moderado por el economista y profesor José María Larrú, han participado María Jesús Pérez, misionera en Ecuador y Regina Casado, que desarrolla su labor en Senegal. En el debate se han abordado asuntos como el desarrollo, la economía social y la defensa de los derechos humanos en comunidades vulnerables. Además, se ha presentado un estudio sobre la percepción que tiene la sociedad española de la riqueza y la prosperidad.
El 46% de los encuestados valora la tranquilidad de tener sus necesidades básicas cubiertas, un dato clave en un mundo donde el 1% de la población concentra más de la mitad de la riqueza global, 2.000 millones de personas no tienen acceso a agua potable y alrededor de 733 padecen hambre. Solo el 14% de los españoles asocia la riqueza con el hecho de compartir con los demás. Este estudio también señala que el 62% de los encuestados asocia la prosperidad con factores económicos y uno de cada tres, con el crecimiento económico, a pesar de que esta no siempre conlleva una mayor justicia social. De hecho, el 85% cree que la verdadera riqueza se define por la prosperidad de todas las personas y no solo por la mera acumulación económica.
Proponemos apoyar alternativas de economía social y solidaria que contribuyan al trabajo decente, a la economía inclusiva y sostenible y a la justicia social como por ejemplo el testimonio de María Jesús Pérez, directora de Fundación Maquita (organización de economía social y solidaria y socio local de Manos Unidas en Ecuador). La religiosa ha compartido la difícil situación que están viviendo los pueblos, principalmente rurales, de la costa, la sierra y la Amazonía en el país andino. Para ella, la organización comunitaria continúa siendo hoy la gran esperanza para que estas comunidades sigan resistiendo y creando una economía que genere medios de vida dignos para todos.
Y, por otra parte, Regina Casado, misionera de las Hijas del Niño Jesús, «Damas Negras», socio local de Manos Unidas en Senegal, ha recordado el trabajo realizado para sensibilizar a la población sobre los problemas más importantes a los que se enfrentan y promueve un desarrollo inclusivo para todos. Desde 2002, la hermana Regina trabaja con las mujeres y jóvenes del barrio periférico de Sam Sam, a las afueras de Dakar.
“Nuestra misión es transformar el mundo a través de la solidaridad y la acción conjunta, porque creemos firmemente que la prosperidad compartida -esa prosperidad que va mucho más allá del mero crecimiento económico y de la acumulación indefinida de bienes materiales-, es la única manera de lograr un futuro mejor para todos. Apostamos por una economía de marcado perfil social y sostenible al servicio del bien común y por un mundo donde el desarrollo llegue a todos con la participación de todos”, concluyó Cecilia Pilar.