"Coronavirus en los slum, atrapados y hambrientos": noticia en Ecclesia

Mujer en un slum
  • El Gobierno de India está tomando algunas medidas para paliar la situación de estas personas, “pero no es suficiente”, explica el religioso indio Rolvin de Mello. “A mí me da más miedo el hambre que el coronavirus. El hambre matará a más personas en la India”, asegura.
  • “Nosotras esperamos poder montar un centro de atención a enfermos de Covid-19 en uno de nuestros colegios, si el contagio por coronavirus se incrementa en el slum. Porque, desde luego, para los que no puedan permitirse pagarlo, no va a haber hospitalización”, explica Mary Kileen. “De las 500 camas de UCI que hay en el país, solo quedan 70 disponibles. Parece que los más ricos se han comprado sus propios respiradores y que a la gente más pobre solo la admiten en los hospitales públicos si pagan o alguien puede pagar por ellos. Y estos hospitales están muy pobremente equipados y, desde luego, no están preparados para hacer frente a algo así”.
  • “La pandemia del coronavirus ha venido a desnudar, de nuevo, un país que está evidenciando grandes carencias que ya comienzan a sentir y sufrir en carne propia las grandes mayorías, sin acceso a los servicios básicos”, explica el padre Jesús. “Y las mujeres empobrecidas de estos asentamientos urbanos son especialmente vulnerables en crisis como la actual, porque están siempre expuestas a enfermedades crónicas por la desnutrición y los embarazos”, comenta el misionero español.

En este tiempo tan particular que estamos viviendo, la situación en muchos países del tercer mundo está empeorando. Manos Unidas está realizando campañas de emergencia en África, Asia y América Latina. De manera especial, nos centramos hoy en los slums en estos tres continentes. 

Según ONU Habitat, en estos asentamientos informales y barrios marginales viven alrededor de mil millones de personas que, diariamente, se enfrentan a graves carencias de agua, saneamiento, gestión de residuos o asistencia médica, entre otros.

Las medidas de confinamiento decretadas por los Gobiernos de la mayor parte de los países, han atrapado en estas barridas a millones de personas, a las que se impide salir a buscar el sustento diario, por lo que el hambre y la violencia empiezan a dejarse sentir en las calles y callejones. Además, la escasa superficie de las viviendas de estas áreas, habitáculos de 20 o 25 metros cuadrados en los que pueden habitar hasta 10 personas, dificultan sobremanera la posibilidad de guardar las distancias de seguridad recomendadas o que las personas puedan permanecer en sus casas.

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