La emergencia alimentaria en Sudán del Sur ha alcanzado tal magnitud que el Gobierno del país solicitó a Naciones Unidas la declaración de hambruna en Unity, una zona situada en el centro-norte del país, aunque se prevé que el hambre se extienda a otras regiones e incluso a la capital. En Manos Unidas estamos preparados para actuar en cuanto nuestros socios locales con más capacidad de reacción, envíen sus peticiones.
Además de los proyectos de desarrollo, que forzosamente han tenido que limitarse en los últimos años debido a la falta de infraestructuras, el peligro de robos en las carreteras, la falta de materiales de construcción, de técnicos, etc., Manos Unidas lleva cuatros años trabajando para proporcionar ayuda humanitaria (comida nutritiva para mujeres embarazadas, bebes y niños pequeños, medicinas y asistencia médica, ayuda psicológica, material escolar, mosquiteras, etc.) en los campos de refugiados de Juba, la capital, a través de la congregación india “Daughters of Mary Immaculate”.
También colaboramos con el Servicio Jesuita para el Refugiado (JRS en inglés) en los campos de refugiados de Maban, donde apoyamos iniciativas educativas y proporcionamos ayuda psicológica.
Ante el agravamiento de la situación, hemos solicitado a nuestros socios locales con más capacidad de reacción, que nos envíen sus peticiones. Uno de los problemas más graves que se presenta es la dificultad para comprar y distribuir la ayuda, debido a la inseguridad de las rutas de distribución, ya que estamos hablando de un país en plena guerra civil. Uno de estos socios es “Solidarity with South Sudan” (Solidaridad con Sudán del Sur), con el que llevamos muchos años trabajando y que tiene centros en Juba, Yambio y Wau.
Esta es la primera vez en seis años que Naciones Unidas declara la hambruna; la última vez fue en el año 2011 en Somalia, cuando murieron 260.000 personas de hambre.
El Gobierno de Somalia ha declarado la situación de emergencia nacional a causa de la sequía que azota nuevamente el país. Estas circunstancias han obligado a más de 257.000 personas a abandonar sus hogares entre los meses de noviembre de 2016 y febrero de 2017. La mitad de la población somalí necesita ayuda urgente para sobrevivir. Las mujeres -sobre todo las embarazadas y las lactantes- y los niños son los que más sufren esta realidad, y los que menos posibilidades tienen de sobrevivir si no llega la ayuda a tiempo. Se prevé que en 2017 habrá casi un millón de niños con malnutrición aguda y 185.000 con malnutrición severa si no reciben tratamiento médico urgente. Ante el deterioro continuo de la situación alimentaria, es crucial un aumento urgente de la respuesta humanitaria internacional para salvar vidas y evitar una nueva hambruna en Somalia, la tercera en tan sólo 25 años.
El Gobierno Etíope ha publicado el “2017 Humanitarian Resouces Document”, en el cual estima que 5,6 millones de personas van a necesitar ayuda alimentaria de emergencia para junio 2017. Se espera que 303.000 niños requieran tratamiento para la desnutrición grave y aguda en 2017. Además, 9,2 millones de personas necesitan acceso a servicios de agua potable y saneamiento y 2 millones de niños en edad escolar requieren alimentación escolar de emergencia y asistencia para materiales de aprendizaje.También están afectados por la gran cantidad de somalíes que entran en Etiopía, huyendo de la crítica situación en su país. Hay 811.555 refugiados en Etiopía (ACNUR, febrero de 2017), la mayoría procedentes de Somalia, Sudan del Sur y de Eritrea.
El proyecto se está desarrollanado en Afder, una de las nueve zonas de la región etíope de Somalí, con una población de unas 570.000 personas. La falta de lluvias de los últimos 18 meses ha provocado un grave deterioro de la seguridad alimentaria y de las condiciones pastorales en la zona, donde hasta los camellos los mueren de sed. Esto ha hecho aumentar de manera alarmante las tasas de desnutrición moderada y severa, con el consiguiente abandono escolar, y las enfermedades derivadas del consumo de agua en mal estado.
Para paliar esta terrible situación, la oficina de operaciones para el sur de la Región Somalí Misión Católica de Gode, socio local de Manos Unidas, ha solicitado nuestro apoyo para la compra y distribución de agua potable, durante cinco meses, para unas 15.000 personas en la comunidad de Igit, en Afder, donde el consumo de agua contaminada pone en grave riesgo a una gran parte de la población que llega al hospital en un pésimo estado de salud.
El proyecto se llevará al cabo en plena coordinación entre a Misión Católica de Gode y el hospital de Hargere, la capital de Afder. El socio local aportará el personal para la coordinación de las actividades del proyecto.
El Gobierno de Kenia ya ha hecho un llamamiento internacional diciendo que el país se encuentra en una situación de crisis. La estación de lluvia corta ha durado menos de lo habitual y las lluvias han sido menos intensas. El año pasado también llovió muy poco. Es importante la ayuda humanitaria, sobre todo en zonas pastorales. Las temperaturas son más altas de lo normal (2-3 grados más de lo normal), los pozos se están secando (en el norte del país, el 70% de los pozos se han secado), los animales se mueren (incluso los camellos) y las cosechas están fallando. Las previsiones de lluvia en la época larga de lluvia (de marzo a mayo) son que va a haber menos lluvia de lo normal. 23 de 47 regiones están afectados y 2,7 millones de personas dependen totalmente de ayuda para sobrevivir.
El proyecto se desarrollará en el condado de Turkana, al noroeste de Kenia donde no llueve desde el pasado agosto. El gobierno ha declarado la actual sequía de emergencia nacional y ha solicitado ayuda para contrarrestar las consecuencias de la misma, puesto que son ya 24 de las 47 regiones del país las que están afectadas por la inseguridad alimentaria.
Esta intervención de emergencia pretende atenuar el desastre humanitario provocado por la sequía que sufre Kenia, en donde la escasez de agua ha provocado un estado de desnutrición severa en gran parte de la población. La región de Turkana, está fuertemente afectada por las recurrentes sequías; el 52% de la población depende de ayuda humanitaria para sobrevivir; se han perdido las cosechas, sus habitantes sufren enfermedades derivadas de la desnutrición e incluso con riesgo de muerte, afectando especialmente a ancianos, mujeres y niños.
Cáritas Lodwar solicita la colaboración de Manos Unidas para mejorar la nutrición a 5.000 niños entre 3-6 años durante 6 meses en 142 centros de pre-escolar en 27 parroquias del condado. Manos Unidas colaborará con la aportación de fondos y la distribución de la comida diaria básica. Asimismo, se formará a los profesores y cocineros de las escuelas para mejorar la salud de los niños y garantizarles una actividad escolar adecuada.
El proyecto se desarrollará en el condado de Baringo, en el valle del Rift, al oeste de Kenia afectado fuertemente por la sequía. El Gobierno del país ha declarado la situación de desastre nacional, casi la mitad de las regiones padecen inseguridad alimentaria y 2,7 millones de personas dependen completamente de ayuda para sobrevivir.
Esta intervención de emergencia pretende paliar el desastre humanitario provocado por la sequía que sufre la región de Baringo, habitada por las etnias Turkana y Tugen, que se encuentran bajo el umbral de la pobreza. Las consecuencias de la catástrofe natural han afectado negativamente a las cosechas y la ganadería. La hambruna y malnutrición han empezado a aparecer, con la consiguiente incidencia de enfermedades y mortalidad, afectando especialmente a ancianos, mujeres y niños.
La ayuda de Manos Unidas a la misión de Marigat consiste en la compra y distribución de ayuda alimentaria a 1.300 personas (800 niños menores de 5 años, 300 madres con lactantes y 200 ancianos) durante tres meses. El socio local aportará el uso de sus instalaciones para la distribución de alimentos básicos (maíz y judías) que recibirán los beneficiarios.
El proyecto se desarrollará en 10 comunidades localizadas en varias partes del norte y este de Kenia fuertemente afectadas por la sequía: Loiyangallani, Barangoi, Wamba, Campi Garba, Serolipi, Matiri, Makima, Rumuruti, Thegu y Adu. Para paliar esta situación de emergencia e intentar que no empeore, la Congregación de los misioneros de la Consolata solicita la colaboración urgente de Manos Unidas para la compra y distribución de ayuda alimentaria a 60.000 personas (10.000 familias) durante 8 meses.
De esa forma, desde las 10 parroquias, se van a distribuir alimentos de primera necesidad (maíz, judías, arroz, aceite, azúcar y sal) que los beneficiarios recibirán periódicamente y se irá observando la evolución de su estado nutricional. El socio local aportará el uso de las instalaciones de sus misiones para la distribución de los alimentos.
El proyecto se sitúa en la región de Tana River County, en la zona de Emaús-Hola, en la costa este de Kenia, donde 10 poblaciones: Mikinduni (Emmaus, Mikinduni, Kirengende y Chanane), Lenda (Lenda, Bondeni, Handampia y Kajificheni) y Costa-Tana River (Kone y Waata) se encuentran afectadas por una fuerte sequía desde principios de octubre de 2016. El gobierno del país ha declarado la situación de emergencia nacional, 23 de 47 regiones están perjudicadas y el número de personas que padecen inseguridad alimentaria se sitúa en 2,7 millones.
Manos Unidas aporta los fondos para la adquisición de 64.500 Kilos de alimentos de primera necesidad a 570 familias (4.569 personas) de las 10 poblaciones, suficientes para cubrir las necesidades nutricionales básicas durante 4 meses y para la compra de 8.550 litros de gasolina (15 litros por familia) para el bombeo de agua de irrigación para sus campos de cultivo.