Los resultados de la cumbre de Doha conducen al mundo hacia un cambio climático catastrófico, sin posibilidad de refugio para las personas más pobres y más vulnerables, que ya se enfrentan a los impactos cada vez más violentos, señala CIDSE en un comunicado elaborado tras la cumbre de la semana pasada.
Doha bloqueó la puerta de entrada hacia un mundo más seguro y más equitativo, y sólo se limitó a mantener el rumbo hacia un nuevo acuerdo climático global en el 2015, según la alianza internacional de agencias católicas de desarrollo CIDSE.
Desde Doha, la Técnico de Políticas Climáticas de CIDSE, Emilie Johann, dijo que los países desarrollados llegaron a las negociaciones sin voluntad política y sin un mandato para tomar acciones ambiciosas: "Ni siquiera el tifón Bopha que azotó a Filipinas durante las conversaciones logró motivarlos a la acción. Los países en desarrollo se vieron obligados a aceptar un resultado vacío. Quizá los gobiernos podrían vivir con este acuerdo, pero la gente –los más pobres del mundo en particular - y el planeta no podrán”.
"En lugar de obtener nuevos objetivos de reducciones de emisiones, Doha nos dejó un billete de ida a un mundo en el que el cambio climático está fuera de nuestro control. Debido a la inacción de nuestros líderes, las temperaturas globales siguen aumentando rápidamente, más allá de los 2 grados centígrados, cifra que la ciencia indica como el umbral a partir del cual el cambio climático será catastrófico ", dijo Johann.
Mientras que un pequeño grupo de países europeos anunciaron nuevos fondos para la financiación climática en Doha, los países desarrollados en conjunto no lograron comprometer fondos públicos para incrementar esa partida financiera. En la cumbre de Copenhague de 2009, se comprometieron a proveer 100 mil millones de dólares anuales hasta el 2020 para ayudar a los países en desarrollo en su lucha contra el cambio climático.
Según Johann, la financiación podría incluso bajar, porque los países desarrollados no indicaron cómo van a aumentar sus esfuerzos para alcanzar la cifra de 100 mil millones de dólares, dejando a los más pobres sin claridad sobre los niveles futuros de apoyo.
"Doha golpea a los más pobres en ambas mejillas. Por un lado, los líderes mundiales dejan que la espiral del cambio climático fuera de control, lo que dificulta a los más vulnerables hacer frente a las condiciones climáticas extremas. Por otro lado, los más pobres se quedan en el oscuridad acerca de la cantidad de dinero que pueden esperar en apoyo de sus procesos urgentes de adaptación y de mitigación ", dijo Johann.
Por último, la importancia de la agricultura no se reflejó en las conversaciones, a pesar de que el sector agrícola, y los productores de alimentos a pequeña escala en particular, se ven gravemente afectados por el cambio climático.
Por su parte, la Técnico de Políticas Ambientales de la organización CCFD-Terre Solidaire, Sarah Fayolle, dijo que los enfoques de la agricultura a pequeña escala y la agro-ecología recibieron muy poca atención política y apoyo financiero en las negociaciones.
"Las organizaciones de CIDSE trabajan sobre el terreno con los pequeños agricultores y saben por experiencia que la agricultura a pequeña escala puede ayudar a las comunidades a afrontar la inseguridad alimentaria y el cambio climático, pero los que deciden todavía tienen que reconocer este potencial”.
"Desafortunadamente, la falta de avances en las negociaciones sobre agricultura significa que las comunidades más vulnerables no recibirán ningún apoyo adicional, a pesar de las sequías, inundaciones y las lluvias erráticas hacen cada vez más difícil que puedan poner comida sobre la mesa".