Durante el año 2022, con el impacto de la pandemia de coronavirus muy presente, de forma progresiva hemos continuado adaptándonos a los diferentes escenarios que nos ha impuesto la pandemia para ir retomando la normalidad de nuestras vidas y recuperando la presencialidad de actividades como la cena del hambre, conciertos, la marcha de la solidaridad e incorporando nuevas actividades como el vinito solidario.
La campaña «Nuestra indiferencia los condena al olvido» ha querido hacernos sensibles a la realidad muy presente de las personas que viven en los países más empobrecidos, para seguir dando a conocer esta situación a nuestra sociedad y poder contribuir a la financiación de proyectos de desarrollo. La tragedia del pobre es ser olvidada.
Nuestra tarea sigue siendo más necesaria que nunca ante las escalofriantes cifras del hambre y la pobreza. La pandemia ha supuesto una regresión en la mejora de las cifras del hambre en el mundo, hay otros 150 millones de personas que pasan hambre que antes de la pandemia. También contribuyen los conflictos y las guerras, que tienen un efecto directo en el acceso y precio de los alimentos y finalmente los efectos del cambio climático, que impactan especialmente en los países más pobres.
Desde aquí, el agradecimiento más sincero a los que nos acompañáis en este reto, a las personas voluntarias de Manos Unidas, socios y colaboradores, donantes de entidades públicas y privadas, colegios, parroquias, congregaciones y todos los que nos apoyen en la difusión de estas injusticias y en la recaudación de fondos, y que, con su generosidad y dedicación hagan posible todas las actividades que le presentamos a favor de los pobres más pobres de la tierra.
¡Muchas gracias!
Dolores Segura Bisbal